En días como el de ayer, cuando buena parte de los ríos de la región se desbordan, no sólo las personas están en peligro: también los animales, y sobre todo los domésticos, muchos de ellos, en cuadras situadas en fincas junto a los cauces. Muchos propietarios se lanzaron a primera hora a rescatar a sus animales de todas las maneras posibles. Es el caso de un ganadero de Candamo que acabó recurriendo a los buzos de la Guardia Civil para poder llegar hasta su propiedad para asistirlos y darles de comer. En otras zonas la riada fue demasiado grande, y sólo pudieron salvar a algunos de los animales de mayor tamaño, como las vacas y los perros. "De los gochos, los conejos y les pites no quedó uno vivo", lamentaba en Puente d'Arcu (Laviana) Juan Martínez, que sí logró sacar a las vacas del agua: "Casi ni lo cuenten".
Martínez se levantó ayer temprano, porque ya tenía un pálpito: algo no iba bien en el terreno que tiene cerca de Puente d'Arcu, en Laviana. Cuando llegó, hizo lo que pudo. El río Nalón se había desbordado por completo, y en la cuadra en la que guarda sus animales había más de un metro de agua. "Me dio tiempo a salvar a las vacas, y también al perro". No corrieron tanta suerte los otros animales que tenía en la finca: cerdos, conejos y gallinas.
Quería salvar a todos ellos, que conforman su forma de pasar el tiempo y de entretenerse desde hace muchos años. Natural de la localidad de Ribota, situada cerca de la finca en la que guardaba sus animales, reside desde hace años en Pola de Laviana. "Cuando llegué, para algunos ya era tarde". Dos gochos que estaban en la corripa se habían ahogado y flotaban inertes. El nivel del agua había subido mucho durante la noche y en las primeras horas de la mañana, y había quedado marcado en la pared de la cuadra. "Estaba muy alta, hace mucho que no veía algo así", contaba. Las que sí pudieron aguantar hasta ser rescatadas fueron las vacas que tiene en la misma finca, "y también el perro". Entró con las botas de goma, con el agua anegando el terreno, y logró sacar a los animales. "Me da pena lo que ha ocurrido, pero podría haber sido aún peor", explicaba el lavianés. Además de los cerdos, la riada también atrapó y ahogó en la cuadra a los conejos y las gallinas. "No me queda un animal más vivu", lamentaba. Mientras, esperaba a que el agua siguiese descendiendo. "Hasta que no baje del todo no voy a poder limpiar bien este desastre, ni encontrar a todos los animales pequeños". Muchos de los conejos tenían crías, y "todas estarán muertas. Aquí o arrastradas por la riá".
El de Juan Martínez es un ejemplo de lo vivido ayer en muchos rincones de Asturias. En Candamo, los agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil también tuvieron un día complicado. Desde su base en Gijón tuvieron que salir a media mañana para auxiliar a un ganadero que, preocupado por el estado en el que estarían sus reses, solicitó ayuda para poder salir de su casa.
Ocurrió al mediodía. Fue entonces cuando la patrulla de Seguridad Ciudadana que estaba trabajando en el puesto de Soto del Barco requirió los servicios de los buzos del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS). Los agentes aseguraron a sus compañeros que había un vecino de Candamo, dueño de una granja con animales en su interior, que se encontraba aislado por la crecida del río Nalón. El hombre debía dar de comer a las reses, pero no tenía medios para entrar en su finca, inundada. Y los funcionarios del GEAS acudieron al rescate.
Los agentes utilizaron una lancha fueraborda para llevar al vecino hasta su nave, donde el hombre pudo atender las necesidades del ganado. Tras dar de comer a las reses, le devolvieron a casa a las dos de la tarde. Una suerte de taxi acuático que vuelve a demostrar la eficacia de la Benemérita en situaciones de necesidad, sea cual sea.
