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Las razones del diluvio: una sucesión de frentes y la llegada continua de aire frío y húmedo

Las razones del diluvio: una sucesión de frentes y la llegada continua de aire frío y húmedo

"Ayer (por el miércoles) tuvimos que caminar monte arriba durante tres cuartos de hora y monte abajo durante otros tres cuartos de hora en Campo Caso", cuentan Fernando Gallo y José Luis Menéndez, a quienes acompañó LA NUEVA ESPAÑA en su salida a San Isidro. El riesgo de su labor -"desconocida", afirman- no es tanto escalar la torre sino llegar a ella. Más aún cuando las condiciones meteorológicas son adversas como estos días. Ayer en Aller tuvieron que hacer frente al frío, a la lluvia y al viento. Pero su peor enemigo, la nieve, no hizo acto de presencia.

"Las nevadas que hubo en febrero y en octubre no las recordábamos. Era una nieve distinta, pegajosa, que se quedaba pegada a la ropa por mucho que te sacudieras", explica Fernando Gallo. El mismo efecto se observó en el cableado. "Se acumularon manguitos enormes de nieve, de muchos kilos. Cuando eso acaba cayendo, los cables rebotan como las cuerdas de una guitarra. El tirón es tal que o las líneas rompen o los apoyos acaban cediendo", detalla José Manuel Fernández Castro, responsable de mantenimiento de la zona centro de EDP. De ahí la cantidad de incidencias que se registraron en ese mes en el Principado, con más de 4.000 asturianos sin luz en sus casas. "Mucha gente desconoce el trabajo que realizamos: no somos los que quitamos la luz, sino los que la devolvemos", remarca Gallo.

Para llegar a la cúspide de una torre eléctrica, las brigadas -compuestas por al menos dos profesionales- tienen que ir cargadas de elementos de seguridad. Escalan con varios kilos encima. El equipo "básico", detalla José Manuel Fernández, es casco, guantes, arnés, dos pértigas y la "cuerda de vida". Se llama así porque gracias a ese cordel no caen al suelo si resbalan; es su seguro de vida. Menéndez y Gallo se turnan en cada torre, no suben a la vez, escala uno mientras el otro supervisa la operación desde tierra. Es el turno de José Luis: engancha uno de los extremos de la cuerda a su arnés y el otro a la pértiga, que va colocando siempre por encima de él. A medida que sube, esa pértiga la mueve más y más arriba hasta alcanzar por fin la cúspide. En lo alto se encarga básicamente de comprobar el estado de "los grilletes, de los cáncamos y de los puentes". Para revisar todos esos elementos, detalle el jefe de mantenimiento, es necesario subir; "no se puede ver con prismáticos" ni desde abajo.

El tiempo de la intervención depende, como es lógico, de las condiciones, la ubicación de la línea y del tipo de avería. En esta ocasión emplearon menos de veinte minutos rodeados de un manto blanco de nieve, que ya empieza a perder espesor. Revisiones como las que hicieron ayer Fernando y José Luis son "fundamentales" para anticiparse a situaciones extremas como las del pasado octubre. "Ante una avería, lo primero es intentar que no la haya, y lo segundo aminorar el tiempo y el número de afectados", expresa José Manuel Fernández. Para cumplir con estos dos últimos factores, EDP ha realizado una fuerte inversión "en digitalizar la red y en instalar interruptores telemandados". De esta forma, en el momento que se produce una incidencia en la base de La Corredoria salta una alarma, que a veces se puede subsanar a distancia o por lo menos aislarla para minimizar sus consecuencias hasta que llegue la brigada. En situaciones de urgencia la sala de Emergencias del 112 y la compañía eléctrica están en contacto para ampliar si fuese necesario el número de efectivos. Lo peor está por llegar. "La previsión es que la semana que viene vuelva a nevar", adelantan.

Previsión meteorológica

De momento, para hoy se esperan lluvias generalizadas de madrugada, más débiles y ocasionales en la mitad occidental, que irán disminuyendo a lo largo del día de oeste a este y serán persistentes en el extremo oriental. Mañana la probabilidad de chubascos es muy baja. Y el domingo vuelve el agua y las tormentas, además de la nieve. La cota se situará entre los 1.200 y 1.400 metros y las temperaturas máxima estarán en descenso.

¿Y por qué tanto chaparrón? El delegado de la Aemet detalla que la razón "no es una única borrasca sino la sucesión de frentes con la llegada continua de aire frío y húmedo que ha descargado continuamente precipitación sobre Asturias durante más de dos días". Además, remata, "la presencia de la Cordillera Cantábrica también ha contribuido a 'ordeñar' la humedad del aire".

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