La crecida del río Nora bajó ayer su nivel respecto a la jornada del miércoles, pero no lo suficiente para que los más perjudicados, las familias de varias viviendas en las localidades de Meres, en la parroquia de Tiñana, y Castañera, en la de Granda, pudieran volver a sus hogares siquiera a calibrar los daños que han sufrido. Así lo expresaba Maite Vázquez, vecina de Castañera. "Nosotras tomamos medidas y nos fuimos en vista de las previsiones de mal tiempo; la riada fue increíble, todavía no pudimos pasar a ver cómo quedó, nos imaginamos que será un desastre, porque había mucha agua y venía sucísima". El temporál también ayudó a agravar el problema de las goteras que sufre el nuevo polideportivo de la Pola.