El gesto serio, la mirada pensativa y triste de los miembros de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa son mucho más que una mera apariencia formal. Están acostumbrados a convivir con el dolor y las situaciones límite. Es su trabajo y algo más. Dos de los mineros que han participado en la operación para recuperar al pequeño Julen de las profundidades de la tierra de Totalán (Málaga) perdieron a sus padres en sendos accidentes que conmocionaron Asturias hace más de dos décadas en los pozos de "Santa Bárbara", en Turón, con cuatro fallecidos (1992) y "San Nicolás", conocido como "Nicolasa", en Mieres (1995).

Jesús Fernández Prado, especialista de la Brigada de Salvamento de Hunosa, sabe en primera persona lo que significa pasar diez días de angustia a la espera de noticias sobre un ser querido. Su padre, el picador Alfonso Fernández Iglesias, fue uno de los cuatro mineros sepultados por una losa de pizarra, de 600 toneladas de peso y 180 centímetros de espesor, cuando trabajaban a más de 300 metros de profundidad en la capa 41 oeste del pozo "Santa Bárbara", en Turón.

Era un 10 de diciembre, en 1992, y el rescate ya se presumía largo y laborioso desde un primer momento. Aunque en las Cuencas, durante días, se albergó la esperanza de sacar con vida al vigilante y los tres picadores sepultados. Alfonso Fernández fue el último en ser recuperado diez días después del accidente. La veteranía de Jesús Fernández, más de diez años en la Brigada de Salvamento, se forjó mucho antes de entrar en ese equipo de élite en la dificultad que entraña perder a un padre de sólo 43 años. La larga y dolorosa espera de entonces se combinó con la entereza que mostró su madre, Maribel Prado, y que fue destacada en las crónicas de entonces.

Lázaro Alves Gutiérrez es el otro especialista que perdió a su padre en la mina. Eduardo Augusto Alves, nacido en Portugal y afincado en Gijón, fue uno de loshttps://mas.lne.es/aniversario-pozo-nicolasa/ 14 fallecidos en el "Nicolasa". Era el ayudante barrenista del relevo de aquella madrugada del 31 de agosto de 1995. Unos años antes, un vigilante le había salvado la vida en un mal golpe en la planta tercera del pozo. Pero esa noche no tuvo tanta suerte. Una explosión de gas a más de 400 metros de profundidad, al encontrar una bolsa de grisú, provocó el accidente minero más grave de, al menos, los últimos 70 años.

Jesús Sierra era entonces el jefe de la Brigada de Salvamento Minero, y recuerda perfectamente aquel accidente. El primero en su carrera. "Lo del 'Nicolasa' fue una tragedia enorme, sobre todo por la cantidad de mineros que murieron allí. Fue terrible. Y ese mismo año, en octubre, hubo otro en el "Candín" (Langreo), con cuatro muertos. Resulta que uno de ellos había estado conmigo de brigadista recuperando los cuerpos de los compañeros del 'Nicolasa'. Al llegar a los 35 años ya no podías estar en la Brigada y volvías a la mina. Él hacía un mes que había vuelto al pozo y allí quedó", relató.

Se da la circunstancia de que cuando se produjo el accidente minero del "Santa Bárbara", en Turón, el alcalde de Mieres era Gustavo Losa, padre de la actual Delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa.

Ahora, décadas después, son los hijos de aquellos mineros fallecidos y sus compañeros los que pelearon, ante los ojos de toda España, por rescatar a Julen.