"De lo bueno, lo mejor". Así recordaba ayer la parroquia de Sobrado (Tineo) a Jesús Menéndez García, el tinetense de 41 años fallecido tras ser arrastrado por el río Porciles cuando se acercó a ver unas fincas cercanas a la localidad de Pena. Una despedida que estuvo empañada por la pérdida de la llave de la iglesia, que obligó a hacer el funeral en el cementerio. "Jesús era el que limpiaba alrededor de la iglesia y el cementerio y que no pudiera entrar en la iglesia... Es bien triste y vergonzoso", señaló Mercedes Menéndez.

Los vecinos arroparon a la familia y sus hermanos, Benjamín y Eugenia, así como sus amigos, que no se separaron ni un segundo del féretro, al que acompañaron con sus manos apoyadas en él durante todo el oficio religioso, bajo el sol del mediodía. El párroco, Alan Cerdas, les conminó a sostenerse en la fe católica para sobrellevar la pérdida.

"Era cariñoso, muy buena persona, magnífico, estamos muy tristes y le vamos a echar mucho de menos", comentó María Jesús Gómez. Menéndez era el vecino al que no había que pedirle un favor porque ya lo estaba haciendo. A su despedida acudió Gabriel Arroyo, muy afectado por la pérdida porque, según contó, "mejor persona que Jesús no hay, servicial y trabajador, un hombre enorme y lo voy a echar mucho en falta porque era como un hijo para mí". La parroquia de Sobrado despidió ayer a uno de sus vecinos más queridos y respetados.