Ni una sonrisa. En sus caras se lee dolor, angustia, impotencia y mucho cansancio. Posan ante la cámara casi con desgana. Pero esa foto de familia, sobre el terreno revuelto de Totalán (Málaga), hace feliz a quien la mira. No sólo por su esfuerzo titánico durante quince días, sino por lo que portan en sus manos: las banderas de Asturias, Andalucía y España. Las tres son una.

Los héroes del rescate de Julen, con la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa a la cabeza, han perforado el corazón de un país en el buen sentido de la palabra. Y han conseguido -sirva de ejemplo esa imagen que ayer corrió como la pólvora por el Whatsapp- unir, en un momento de división política y territorial. Ese corazón roto pero a la vez reanimado fue representado ayer con velas rojas y blancas en la plaza del barrio malagueño de El Palo, en Totatán, de donde era natural el pequeño. Junto a él, lucen la bandera de Asturias y un enorme mural, en el que aparecen representados los "ángeles" Julen y su hermano Oliver -también fallecido a la corta edad de 3 años- y un minero asturiano que los saca de ese oscuro agujero.

No es la única bandera del Principado que estos días ondeó en Totalán. Pilar, una mujer de origen asturiano que vive enfrente del hotel donde se hospedaron los mineros, también sacó la cruz de la victoria al balcón. Su imagen dio la vuelta a España.

Desde el Rey hasta el presidente del Gobierno alabaron ayer la labor de los rescatadores, que han logrado movilizar a una sociedad entera. "Solidaridad" fue la palabra más repetida porque si algo bueno ha traído este trágico desenlace es que los españoles "han mostrado la mejor de sus caras" y un apoyo "sin límites". Y no es poco.