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"Fueron días muy duros", cuentan los distribuidores que desafiaron al temporal

Entregar "lo importante" e informarse de las vías cortadas, las claves para trabajar bajo el diluvio

Inundación que sufrió de cerca un cliente del Masymas en Trubia, adonde los distribuidores no pudieron llegar.

Tuvieron todo tipo de obstáculos para entregar la mercancía: desde una incesante lluvia hasta argayos en la carretera. Pero las empresas asturianas de distribución consiguieron llegar a sus destinos y cumplir con su trabajo en pleno temporal "Klaus". ¿Cómo? Los trabajadores de supermercados Masymas tiraron de información de Tráfico y de clientes para esquivar las vías cortadas. Y los carteros se centraron en "lo importante", "dejando la propaganda para otro día". "Fueron días muy duros", aseguran.

Lucio Sierra se dedica desde hace 25 años a distribuir el correo por las casas de Rioturbio, en Mieres. Asegura que lo vivido el miércoles y el jueves fue "desesperante". "Otras veces la lluvia da un poco de tregua. Pero esta vez no... Acabé pingando. Trabajar con agua es un estorbo muy grande", afirma. Ya no es sólo evitar que las cartas se mojen sino que la PDA no se estropee con el chaparrón. "Y ya no hablemos de las carreteras. En muchas tuve que retroceder para ir por otra vía. Nos encontramos con todos los problemas. Santa Rosa metía miedo", cuenta. Pese a todo y por suerte, no hubo ninguna incidencia notable, como indica la delegada de CC OO de Correos en la provincia, Victoria Zabaleta: "No hemos recibido ninguna llamada de ningún compañero por accidentes. Pero tenemos más de 300 carteros rurales en Asturias; seguro que alguno no pudo llegar a su destino o directamente salir de casa".

El director de logística de Hijos de Luis Rodríguez (supermercados Masymas), Rubén Montes, expresa que "la experiencia y el conocimiento de la red de tráfico" son claves en duras jornadas de temporal. "Gracias a la información de clientes, de medios de comunicación y de la DGT buscamos rutas alternativas para evitar puntos conflictivos", explica. En Trubia, por ejemplo, "un cliente nos avisó de que la situación era complicada y que mejor dejábamos la entrega para el día siguiente. En Soto del Barco y Pravia sabíamos que la carretera estaba cortada y buscamos una alternativa a través de Somao, evitando las márgenes del río", comenta. Tampoco fue fácil llegar a la central de abastecimiento, Mercasturias, en Llanera, donde había una balsa de agua.

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