Nuevo incidente ferroviario cuando la red aún no se ha recuperado del caos generado por el último temporal de lluvias. Una avería en un tren Alvia que realizaba el trayecto entre Asturias y Alicante obligó ayer a transbordar a 450 viajeros, a la altura de La Robla. El incidente afectó también a la totalidad del pasaje procedente de Madrid que tenía como destino Oviedo y Gijón y que debió completar el viaje por carretera, ya que el tren en el que iban recogió al pasaje del convoy averiado.

El problema se produjo en el tren Alvia que salió de Gijón a las 14.12 horas con destino a Alicante y que sufrió una avería en la catenaria cuando circulaba por la zona de Navidiello, que le imposibilitaba completar el viaje. Este tren fue detenido en las inmediaciones de La Robla y los responsables de circulación de la compañía ferroviaria decidieron que los 159 pasajeros de ese convoy continuasen su viaje en el tren Alvia, que había salido de Madrid a las 14.50 con hora de llegada prevista a Oviedo a las 19.08, y una media hora después a Gijón.

"Cuando estábamos llegando a La Robla nos informaron de que debíamos bajar del tren para completar el viaje a Asturias en autobuses, por carretera", comentó a este periódico una de las pasajeras del Alvia procedente de Madrid -en el que viajaban 291 personas-, molesta con los inconvenientes que acarreó esta situación, aguardando a la intemperie con el frío invernal. "Tuvimos que esperar por los autobuses en medio de La Robla y hacía bastante frío. Es un contrasentido", lamentó, aunque tenían la posibilidad de permanecer en el interior del tren averiado hasta que llegasen los autobuses. Otro viajero, habitual del trayecto entre Madrid y Asturias, criticó que los incidentes en este tramo "se están convirtiendo en pura rutina, cada vez parece más una gymkana".

El pasado mes de diciembre, en pleno puente de la Constitución, tuvo que suspenderse durante dos días la circulación de los trenes entre Asturias y León. Primero por una avería en una catenaria, provocada también por desprendimientos, y después por el riesgo de caída sobre la vía de un roca de "enormes dimensiones" situada entre dos túneles. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) optó entonces por que los pasajeros afectados fueran trasladaos en autocares entre el Principado y la capital leonesa. La situación de la rampa de Pajares llevó al ADIF a revisar todo el trayecto con drones, descubriendo la inestabilidad de una gran roca "con riesgo de desprenderse que podía caer en las inmediaciones de la vía". Esta interrupción del servicio de trenes en esas fechas afectó a unos tres mil pasajeros.

Apenas diez días después, el descarrilamiento de un mercancías entre las estaciones de Linares-Congostinas y Navidiello, en Lena, bloqueó el último Alvia de la jornada que cubría el trayecto entre Madrid y Asturias, afectado a cerca de dos centenares de pasajeros que debieron completar el viaje en autobús. De nuevo se recurrió a los autobuses. Los mismos que paliaron o siguen paliando los cortes en las líneas de Cercanías y Feve, que quedaron heridas de muerte durante el temporal.