La festividad en honor al patrón de las universidades no fue precisamente ayer en Oviedo una fiesta, sino lo contrario: un grito de protesta contra “la escasa financiación y el excesivo control burocrático”. Y esta vez la queja no salió sólo de boca del Rector, Santiago García Granda; la ponente invitada, María Teresa Fernández de la Vega, presidenta del Consejo de Estado, también alzó la voz para exigir una “mayor disponibilidad de recursos públicos en las universidades” que permitan “ir revirtiendo” los “brutales recortes” aplicados a partir de la crisis económica. “Es una cuestión de urgencia y de decencia”, reivindicó. García Granda, por su parte, lamentó que “lo que es posible en otras comunidades autónomas no es posible en la nuestra”. “Consideramos imprescindible que la Universidad de Oviedo sea objeto prioritario del debate y el acuerdo político”, dijo.

El acto académico de Santo Tomás de Aquino -uno de los más importantes de la institución académica junto al de apertura de curso y al de Santa Catalina de Alejandría- comenzó con las palabras de la magistrada y exvicepresidenta del Gobierno de Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega, a quien le unen “muchos lazos” con Asturias, como ella misma recordó. Su padre, Wenceslao, nació en Vegadeo; quizá por ello considere el Principado su “tierra”. Los primeros minutos de su conferencia, seguida por más de un centenar de doctores y unos cincuenta alumnos premiados, los dedicó a reivindicar “lo público”. A su juicio, “la defensa de lo público hace vivir la democracia”, ya que “el auténtico sustento de la democracia es la existencia de ciudadanos libres, formados e informados” que, prosiguió, “conforman una sociedad civil robusta, siempre vigilantes a que los poderes públicos no se aparten de las pautas fijadas por la ley y la ética”.

Y de ahí saltó a la autonomía universitaria, reconocida como “derecho fundamental”. “Convendría no olvidarlo para evitar errores que puedan costarnos muy caros”, dijo, para definir después esa autonomía: “Es reafirmar la libertad de la ciencia frente al dirigismo”. De la Vega es de la opinión de que la Universidad “ha contribuido al desarrollo económico y social del país”, convirtiéndose “en un ascensor social que permitió ensanchar la clase media española”. La que fuera vicepresidenta del Gobierno aseguró que la Universidad atraviesa “un momento de transición, en parte debido a las graves consecuencias de la crisis económica”. Instituciones académicas como la asturiana tienen por tanto por delante tres retos principales: “la internacionalización, la empleabilidad y la posición del gobierno”.

Jóvenes sin trabajo

Jóvenes sin trabajoFue en este punto en el que María Teresa Fernández de la Vega hizo interesantes reflexiones que sonaron a crítica. Por ejemplo dijo que “tener un premio Nobel en el claustro de profesores para impartir un curso durante dos semanas no es más importante que disponer de un tutor personal”. También afirmó, y aquí fue especialmente dura, que “no podemos dar por válido que la mitad de nuestros jóvenes tengan que escoger entre el paro forzoso y la emigración; y que la otra mitad tenga que aceptar trabajos con unos horarios ínfimos y unas condiciones que deberían producirnos sonrojo”. “La falta de perspectivas profesionales de nuestros egresados -remató- es un escándalo mayúsculo que la sociedad no puede tolerar y que los poderes públicos deben combatir con esfuerzo y sin demora”.

Fernández de la Vega se detuvo en la financiación para reclamar “mayor disponibilidad de fondos”, ya que el gasto público en la enseñanza superior española representa únicamente el 0,96% del PIB, mientras que la media en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) es del 1,32%. Y exigió para los profesores “hacer ciencia, no burocracia que lapiden su talento”. En ello incidió el Rector, Santiago García Granda, tras hacer entrega de los premios extraordinarios de doctorado del curso 2016/17, de los premios especiales de Derecho del curso 2017/18 y, por primera vez, de los premios nacionales fin de carrera de educación universitaria desde 2012 a 2015.

Crítica al Plan de Ciencia

Crítica al Plan de Ciencia“Ya hemos manifestado en demasiadas ocasiones nuestra decepción con la baja prioridad y, como consecuencia, la escasa financiación que se presta a nuestras universidades y el excesivo control burocrático que se ejerce sobre nuestra actividad”, protestó, con la directora general de Investigación del Gobierno autonómico, Cristina Valdés, presente en el acto. Un “claro” ejemplo, apostilló, son las recientes actuaciones recogidas en el plan de Ciencia, “donde los recursos para la Universidad no se corresponden con nuestra actividad ni nuestro potencial de desarrollo”.

Granda mostró su “preocupación” por las consecuencias de la Ley de Contratos del Sector Público, “que incrementa sensiblemente las dificultades en la ejecución del gasto y por tanto ralentiza la actividad de las universidades y su labor investigadora”. E insistió en que la I+D+i “debe ser considerada inversión y no subvención, y por consiguiente no debería estar sometida a la Ley General de Subvenciones”.