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La comunidad científica reclama que cese "la persecución de Otín" por "envidias de mediocres"

El exrector Vicente Gotor defiende al catedrático: "Nunca pide nada y consigue prestigio y dinero para la Universidad" La institución académica asegura que el animalario "está recuperando la normalidad"

Por la izquierda, Carlos López Otín, Xosé Suárez Puente, Víctor Quesada y Elías Campo, en una imagen de archivo. LNE

"La injusta persecución que está sufriendo Carlos López Otín, por la envidia de algunos colegas mediocres, debe terminar". Vicente Gotor, rector de la Universidad de Oviedo entre 2008 y 2016, salió ayer en defensa del catedrático de Biología Molecular de la Universidad de Oviedo y puso voz al mensaje dominante de la comunidad universitaria tras la denuncia del propio Otín de que está siendo víctima de una campaña de "acoso" que busca socavar su prestigio científico.

El investigador de mayor renombre de la región explicó, en una entrevista concedida a este periódico y publicada ayer, que las difamaciones e insidias han minado severamente su salud psíquica, hasta empujarle a trasladarse de forma temporal a un laboratorio de París. Este proceso ha desembocado en la retirada de nueve de sus artículos -sobre una producción de más de 400- en dos revistas científicas.

"De unos errores bastante nimios se ha hecho una gran bola de nieve que busca desacreditar los trabajos de Otín", subrayó Carlos Suárez Nieto, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA). A su juicio, los enemigos del científico oscense afincado en Asturias "pretenden destruirle, denigrarle ante la opinión pública, con malas artes".

Vicente Gotor, catedrático de Química Orgánica, expone su postura en un artículo que figura en la página 28 de este periódico. "Durante mi mandato al frente del Rectorado, Otín nunca pidió nada. Conseguía prestigio para la Universidad y una buena financiación con sus proyectos nacionales o europeos, con lo que nuestra institución, obviamente, salía beneficiada", explica.

Desde Barcelona, Elías Campo, del Instituto de Investigaciones Biomédicas, señaló que "las contribuciones de Carlos López Otín y su grupo, así como su honestidad, están sólidamente reconocidas y están por encima de estas maniobras".

Otín ha sido obligado a retirar ocho artículos publicados en la revista americana "Journal of Biological Chemistry (JBC)" y otro publicado en la revista "Nature Cell Biology". Los editores sostienen que los trabajos retractados contienen errores en las imágenes y manipulaciones. Se trata de artículos referidos a la identificación de genes humanos implicados en el cáncer o en otras patologías.

El científico oscense ha negado "absolutamente" que estos fallos invaliden las conclusiones de fondo de esos trabajos. Y esta postura ha sido respaldada por medio centenar de científicos de primer nivel de toda España y algunos extranjeros que reclamaron a la revista que se introdujeran correcciones sin necesidad de retirar los trabajos.

Ayer, los integrantes del grupo de Otín declinaron entrar a valorar la situación. Según su punto de vista, cualquier intervención suya implicaría "seguir dando publicidad a personas cuya finalidad principal parece ser causar el mayor daño posible desprestigiando a científicos de toda Europa". Los colaboradores del catedrático consideran que los impulsores anónimos de la revisión de la obra de Otín "son trolles de internet que tratan de captar la atención bajo la apariencia de 'periodistas independientes'".

Muerte de 5.000 ratones

De forma individual, y en el marco de una charla-coloquio en el Instituto de Infiesto, el bioquímico Víctor Quesada, miembro del laboratorio de Otín, destacó que todos los trabajos retirados fueron sometidos a un examen "increíblemente riguroso" y que los errores detectados "son mínimos y no afectan a las conclusiones". Quesada añadió que "han sido retirados pese a que ofrecimos la figura corregida desde el original".

En sus declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, López Otín desveló el grave quebranto que para las investigaciones de su laboratorio ha supuesto la pérdida de más de 5.000 ratones modificados genéticamente "creados pacientemente durante más de 20 años" y que permanecían custodiados en el Bioterio de la Universidad de Oviedo. Una misteriosa enfermedad obligó a sacrificarlos, dejando al grupo de Otín "sin futuro a corto plazo", en palabras del propio investigador.

Ayer, a instancias de este periódico, la Universidad de Oviedo expuso lo sucedido, que hasta la fecha no había sido reconocido de forma pública por la institución académica. Fuentes de la Universidad indicaron que "hace unos meses" se detectó en el animalario "un brote infeccioso con un virus murino ". Con objeto de erradicar la infección, "se procedió al desalojo de las instalaciones, a su limpieza en profundidad y a su esterilización". La Universidad aseguró que las líneas de ratones modificados genéticamente "se están reintroduciendo de nuevo en el Bioterio mediante un laborioso proceso de rederivación que impide la entrada del agente infeccioso o de otros patógenos". Y concluyó la institución académica: "Aunque estos hechos están provocando un enorme retraso en el trabajo de los investigadores afectados, el Bioterio está recuperando la normalidad".

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