La borrasca “Gabriel” entró ayer como un vendaval en Asturias, provocando rachas de más de cien kilómetros por hora. Cabo Busto, en Valdés, registró el tercer golpe de viento más intenso del país, de 121 km/h a las doce y media del mediodía. También sopló fuertemente en el Cabo Peñas (116 km/h) y en el concejo de Cabrales (100). Las ráfagas derribaron árboles, paneles publicitarios, señales de tráfico, y obligaron a los hosteleros a retirar elementos móviles de las terrazas para evitar accidentes. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) activó para la jornada la alerta naranja -peligro para las actividades usuales- por fuertes vientos y fenómenos costeros. La mayor ola fue de 6,73 metros en la boya de Gijón. Los chubascos, por su parte, fueron intermitentes y dejaron una precipitación máxima de 12 litros en Ibias.

“Gabriel” -una ciclogénesis explosiva producida por el choque de una masa de aire cálido con otra fría- se quedará unos días más en Asturias, aunque aflojará. Hoy sólo continuará activada la alerta por fuerte oleaje. Protección Civil aconseja alejarse de la playa, evitar estacionar vehículos en zonas que puedan verse afectadas por el oleaje. Estos días en el puerto de Avilés, la práctica totalidad de la flota de bajura está amarrada por el mal estado de la mar. No obstante, la mayoría de las incidencias registradas ayer estuvieron relacionadas con el vendaval. En la comarca avilesina fueron cuantiosos los daños: tres árboles caídos en la Villa del Adelantado -sin causar heridos ni grandes daños materiales-, señales de tráfico, paneles publicitarios y rótulos comerciales en tres establecimientos. Además, el céntrico parque Ferrera fue cerrado a las 12.50 horas para evitar accidentes por caída de ramas y el servicio de prácticos del puerto quedó suspendido.

En el concejo de Soto del Barco, cayeron tres eucaliptos que cortaron la carretera que unen las localidades de La Ferrería y Sombredo; la brigada municipal de Obras acudió a la zona para retirar los troncos. En Castrillón, las principales incidencias fueron causadas por contenedores que el viento movió o volcó. En cuanto al argayo que sepultó el pasado jueves 20 metros de la carretera que conecta los barrios de La Rebollada y Campo La Vega, en la parroquia de Cancienes (Corvera), el alcalde, Iván Fernández, visitó ayer la zona y anunció la reparación de la vía “lo más rápido posible”. Los trabajos tienen un coste estimado de 12.000 euros.