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Otín, de los celos al ciberataque

El científico, blanco de las envidias de colegas en la Universidad de Oviedo, afronta ahora una campaña mundial en internet que incluso ataca a su familia y a sus defensores

Carlos López Otín, durante una conferencia en 2015. LNE

-¿Foto? Que salgan los chicos. Ellos son los que han ganado la beca.

En una buena hemeroteca se esconden muchas claves.

El "debut" de Otín. La primera aparición significativa de Carlos López Otín en LA NUEVA ESPAÑA se produjo el 21 de mayo de 1995. El catedrático de Biología Molecular salió mencionado en el texto, pero declinó aparecer en la imagen. Cedió el protagonismo a sus discípulos Milagros Balbín, Alberto Martín Pendás y Adolfo Álvarez Ferrando, quienes hoy desempeñan tareas científicas en puestos relevantes: una en el HUCA, otro en Salamanca y el tercero en Nueva York.

Trabajando un sábado. Aquella primera noticia estuvo motivada por la concesión a los tres investigadores mencionados de la beca Severo Ochoa, otorgada por el Ayuntamiento de Oviedo. Se hizo pública un sábado por la mañana, y en ese momento Otín y sus discípulos estaban trabajando en su laboratorio de la Facultad de Medicina. Sí, era sábado: un dato que conviene retener si se quiere una respuesta a la pregunta que mucha gente muy distinta se plantea estos días: "¿Qué pasa con Otín?".

El foráneo que conquistó Asturias. Con Otín pasa que nació en Sabiñánigo (Huesca) en 1958, llegó a Asturias en 1987 y empezó a trabajar sin descanso. Sin fines de semana libres. Sólo algunos ratos para disfrutar del mar en Salinas (Castrillón), donde fijó su domicilio. Impuso ese ritmo frenético a sus colaboradores: varios de los mejores expedientes de su área de conocimiento se fueron sumando a su grupo. Siendo candidato foráneo, ganó una plaza de profesor titular, primero, y de catedrático, después. Con sólo 34 años, ascendió al máximo escalafón de la Universidad de Oviedo.

Espacios de gloria y puñaladas. Y empezó a publicar. Audaz e imaginativo, desde el primer momento quiso participar, desde un diminuto rincón del mundo, Oviedo, en algunas de las grandes competiciones de la ciencia. Y fue acercándose a esos niveles estratosféricos donde se reparten días de gloria y puñaladas traperas. En aquel momento, el foco apuntaba a la secuenciación del genoma humano, al desciframiento del libro de la vida: casi nada. Desde su modesto hueco en el campus del Cristo hizo contribuciones del más alto nivel. Algo así como si el equipo de fútbol de la Universidad de Oviedo, actualmente en tercera división, se clasificara para la UEFA o la Champions.

Conquista de plazas. Las investigaciones de Otín y de sus colaboradores empezaron a publicarse en revistas científicas internacionales del máximo prestigio. Del genoma humano pasó al cáncer y al envejecimiento. Zonas de vanguardia. En paralelo, algunos de sus discípulos fueron obteniendo plazas en la Universidad de Oviedo, adelantando por la derecha y por la izquierda a otros colegas más veteranos. En los ambientes universitarios, algunos acogieron con satisfacción el acceso de su colega al olimpo de la ciencia. Otros, lo aceptaron con resignación. Y otros...

El diagnóstico del exrector. Otros... Vicente Gotor, rector de la Universidad de Oviedo entre 2008 y 2016, publicó ayer en este periódico una frase sobre Otín que no conviene perder de vista: "La injusta persecución que está sufriendo, en un campo tan competitivo como la bioquímica, por la envidia de algunos colegas mediocres, que ha minado su entusiasmo por la ciencia y, sobre todo, su salud, debe terminar". Lo dice un antiguo rector.

Auge... La buena estrella de Otín comenzó a perder brillo hace cosa de un par de años. En abril de 2017, le fue concedida una de las prestigiosas ayudas "Advanced Grants" del Consejo Europeo de Investigación (European Research Council-ERC), con una cuantía de 2,5 millones de euros, para indagar sobre modos de retrasar el envejecimiento. Citando el espléndido hallazgo conceptual de Juan Cueto, recientemente desaparecido, Otín culminaba su transformación en figura "glocal" (global+local). Global, en las grandes batallas de la ciencia, del mito de la eterna juventud, de las terapias génicas, del humanismo... Y local: el asturiano más admirado, con un prestigio personal y científico difícil de igualar en toda España. Quizá este éxito le situó definitivamente en puntos de mira más peligrosos.

...Y punto de inflexión. Eso fue hace dos años. Poco después, se puso en marcha una virulenta campaña de difusión de mensajes negativos sobre el trabajo de Otín. Amparándose en el anominato, en nombres imaginarios y en la impunidad que ofrecen internet y las redes sociales que pueblan la web, algunos construyeron una gran lupa y la aplicaron sobre los más de 400 artículos científicos publicados por Otín y sus colaboradores. Sobre los miles de figuras que ilustran esos trabajos. El pasado diciembre, uno de esos artículos fue retirado de la revista "Nature Cell Biology". La semana pasada, ocho fueron retirados de "Journal of Biological Chemistry (JBC)", siempre a requerimiento de las propias revistas. El científico oscense ha negado "absolutamente" que estos fallos invaliden las conclusiones de fondo de esos trabajos, una postura avalada por medio centenar de científicos de primer nivel de toda España y algunos extranjeros, quienes reclamaron a JBC que se introdujeran correcciones sin necesidad de retirar los trabajos. No hubo éxito.

Mensajes de desprestigio. En paralelo, mensajes que cuestionaban el trabajo de Otín fueron llegando a terminales sensibles de Asturias y de Aragón (tierra natal de Otín). El propio catedrático lo ha explicado en una entrevista concedida a LA NUEVA ESPAÑA: "Hace muchos años que vengo sufriendo un acoso profesional crónico y de baja intensidad que es similar al que sufren otros a los que les ha ido bien en su trabajo en entornos difíciles. Desde hace un año y medio, la situación de acoso se volvió insoportable". Otín ha concretado más, precisamente en la línea señalada por Vicente Gotor: Muy tristemente, algunos 'compañeros' de mi Universidad se dedicaron con indisimulado regocijo a difundir por el campus los tuits de estos individuos que hablaban de nuestro trabajo sin ni siquiera habernos preguntado antes por nuestra opinión".

Marcha a París. Estos ataques han minado su salud psíquica: "Pensaba que tenía la mente más fuerte del mundo; sin embargo, un día de principios de junio [de 2018], esa mente tan fuerte se quebró en mil pedazos". Decidió trasladarse de forma temporal a un laboratorio de París. Algunos adversarios de Otín vaticinan que habrá más retiradas de artículos. Él anuncia nuevas contribuciones relevantes y el regreso a las aulas de la Universidad de Oviedo el próximo 1 de marzo.

Más madera. Ayer mismo, el portal de internet que capitanea la campaña de desprestigio -que se sostiene pidiendo donaciones- emitió un nuevo mensaje que ataca a su objetivo y a quienes lo defienden. Censura la conducta ética de Otín y, en un llamativo modo de entender la coherencia, mete en danza a uno de sus hijos. Algunos amigos del catedrático asturiano le han recomendado una estrategia de defensa más enérgica. Otros, incluso españoles, han resuelto situaciones similares descargando la responsabilidad de los errores sobre algún colaborador. Un jefe de un grupo tan numeroso no puede estar en el detalle nimio. Carlos López Otín ha preferido cargar personalmente con el mochuelo. Lo cual conduce, en rigurosa línea de congruencia, al inicio de estas líneas:

-¿Foto? Que salgan los chicos. Ellos son los que han ganado la beca.

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