En público, Teresa Mallada huye de la contienda en el PP asturiano, porque "no puedo dedicar ni un solo minuto a cuestiones internas". Antes de reunirse con la Mesa de Turismo de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), la candidata insiste en ejercer de candidata y en esquivar la crisis, en hablar de turismo y orillar las guerras intestinas desatadas desde su designación. "He sido elegida para servir a los asturianos y para trabajar por Asturias", se justifica. "Soy la candidata, tengo muy claro lo que tengo que hacer y en eso estoy". Hasta ahí. El resto será la precampaña, los contactos para confeccionar "un buen programa de gobierno" y el contenido de su encuentro de ayer con la patronal turística.

En un diagnóstico coincidente con el de los empresarios, Mallada detecta un defecto de "falta de coordinación" en una actividad cuya regulación implica a una multitud de organismos en la Administración autonómica y estatal y sugiere solucionarlo con la promesa preelectoral de hacer que el turismo dependa de "una agencia vinculada directamente a la Presidencia del Principado". Si llega a presidenta atenderá así, afirma, a "una petición que desde hace mucho tiempo plantea el sector" a imagen de lo que sucede ya en otras comunidades autónomas.

El presidente de la patronal turística Otea, José Luis Álvarez Almeida, confluye en este dictamen y en el que la candidata hace sobre la captación de vuelos para la mermada cartelera del aeropuerto de Asturias. Los convenios para ampliarla deben ser objeto, afirma, de "una planificación con muchísima antelación, como mínimo de dos años. No podemos esperar a dar soluciones en el año" en el que expiran los acuerdos. "Debemos anticiparnos para situarnos adecuadamente en ese campo y pelear para obtener los mejores vuelos. Si nos demoramos, sólo conseguiremos lo que vaya quedando".