En Valle de Lago (Somiedo) los vecinos se despertaron ayer con medio metro de nieve. Los operarios al volante de las quitanieves tuvieron una mañana de lo más ajetreada para limpiar las carreteras de los principales pueblos y facilitar la circulación a los residentes, muchos con necesidades inexcusables como atender el ganado o hacer recados básicos en la Pola, la capital somedana, que ofreció una bonita estampa bajo un manto blanco. Por el parque se dejaron ver numerosos rebecos, hambrientos en busca de algo que llevarse a la boca entre los copos.

Nevó prácticamente en todos los núcleos a más de 500 metros de altitud en el occidente asturiano, donde hubo una copiosa nevada que hizo trabajar intensamente a los servicios municipales. Y donde no nevó intensamente y no llegó a cubrir, el granizo hizo por momentos de las suyas durante toda la jornada y dificultó seriamente la circulación por las carreteras.

En la villa de Tineo (a más de 600 metros) también amaneció cubierto y fue necesario limpiar calles y despejar carreteras para permitir la circulación. Muchos aprovecharon también el fin de semana para disfrutar de la nieve. Fue el caso de la familia de David Pérez y Beatriz Cantarero, de Salas, quienes con la pequeña África se acercaron hasta el campo de San Roque a jugar y a hacer un muñeco de nieve.

La cara amarga del temporal de nieve -que hoy parece que remite- fue la de las incidencias que se generan en carreteras y vegas de los ríos por argayos y las subidas de los cauces. En la carretera del río del Coto, en Cangas del Narcea, que lleva al Pozo de las Mujeres Muertas y al concejo de Ibias (AS-29), se registró un argayo durante la mañana que llegó a cortar la circulación.

Los trabajos de limpieza permitieron que se pudiera liberar uno de los carriles de paso y se colocaron semáforos para regular el tránsito entre los kilómetros 31 y 35, entre las localidades canguesas de Agüera del Coto y La Viña.

En las vegas del Narcea y del Nalón, en Pravia, Salas y Soto del Barco, el zarpazo de las crecidas de días atrás es visible. Aún muchas huertas siguen inundadas y las que no, llenas de los residuos arrastrados por los ríos.