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Cisma total en Cirugía Cardiaca del HUCA por las acusaciones del caso de las gasas

La tensión por el cruce de imputaciones entre compañeros sobre la muerte de un paciente se acentúa por una denuncia sobre la posesión de un busca

Gasas y compresas de uso quirúrgico.

Las pesquisas de la jueza sobre dos compresas supuestamente olvidadas dentro de un paciente en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) parecen estar llegando a su fin. Han transcurrido trece meses y un día desde que el ovetense J. L. G. R., de 44 años, falleciera desangrado en una operación que el cirujano le había presentado como "rutinaria". Aún no se sabe si la magistrada archivará la denuncia de la familia del enfermo o si ordenará la apertura de juicio. Pero sí hay algo seguro, y que en los últimos meses no ha hecho más que consolidarse: este litigio ha generado en el servicio de cirugía cardiaca del HUCA una fractura interna que diversos observadores consideran prácticamente irreparable. Incluso ha originado otra denuncia por falsedad documental que ha obligado a realizar pruebas de geolocalización para determinar algo teóricamente más sencillo: qué cirujano estaba a cargo de uno de los buscas del hospital en el momento de los hechos.

El caso está por el momento en la vía penal. La titular del Juzgado de Instrucción 1 de Oviedo tiene ante sí dos tareas muy complejas. La primera: dirimir si en efecto había dos compresas en la cavidad torácica del paciente cuando lo abrieron para una segunda operación, y si esas supuestas gasas habían sido olvidadas por otro grupo que había intervenido al mismo paciente el 11 de diciembre anterior. La segunda: si estas gasas son la causa directa de la muerte, o si ésta fue más bien provocada por un pseudoaneurisma que no había sido advertido en las imágenes diagnósticas.

En el momento actual hay cinco trabajadores del HUCA con estatus de investigados, entre ellos el cirujano responsable de la primera intervención y el responsable de la segunda.

Según el testimonio del equipo que llevó a cabo la segunda operación, las compresas halladas junto al corazón se habrían infectado y formado un coágulo, y serían la causa del fatal desenlace. Esta versión implica volcar la responsabilidad en el equipo que había practicado la primera intervención.

Versiones contrapuestas

La presencia de compresas ha sido negada por dos radiólogos del HUCA, que ante la jueza descartaron de forma tajante que se vieran estos tejidos en las pruebas realizadas al paciente entre una operación y otra. Esta tesis corrobora la defendida por un informe interno del Hospital Central, que sí admite un posible error por no haber detectado un pseudoaneurisma que pudo ser el causante de la muerte.

La juez tiene que elegir entre estas versiones y otras abiertamente opuestas. Alberto Muñoz, catedrático de Radiología de la Universidad Complutense y experto en neurorradiología, ha elaborado un informe a petición de la defensa del cirujano de la segunda operación en el que asevera que se aprecia con claridad la presencia de las compresas en las pruebas radiológicas realizadas al paciente en el intervalo entre las dos operaciones.

Otro informe pericial, firmado por el antiguo jefe de Cirugía Cardiaca del HUCA, José María Valle, sostiene que es verosímil la versión del cirujano que realizó la segunda operación.

Y, finalmente, una enfermera que estaba trabajando en el quirófano contiguo al que acogió la segunda intervención declaró que, al ser alertada por el revuelo del quirófano vecino, se dirigió a él y vio cómo sus colegas sacaban de la cavidad del paciente un grumo indefinido, que al extenderlo resultó consistir en dos compresas.

Desde que sucedieron los hechos, el clima de las relaciones personales se ha vuelto irrespirable, según han indicado a este periódico varios buenos conocedores de los entresijos del HUCA. Este deterioro se considera aún más preocupante en la medida en que el servicio de Cirugía Cardiaca del hospital ovetense ha sido en los últimos años, en el conjunto del país, el que más operaciones ha realizado en relación al tamaño de la población que atiende. "Está a punto de estallar" es, poco más o menos, la idea que más repiten los observadores cercanos de la situación.

Un hecho reciente muy concreto parece refrendar que no estamos ante una exageración. Se trata de una denuncia, también penal, derivada del caso citado, y que ha sido investigada por otra magistrada, la titular del Juzgado de Instrucción 3 de Oviedo. Fue presentada por el cirujano que llevó a cabo la segunda operación. Aseguraba que era falso un documento emitido por el HUCA que negaba que el cirujano que realizó la primera operación estuviera en posesión de un busca del hospital en el momento en el que se realizaba la segunda cirugía, y afirmaba que el aparato lo tenía un tercer cirujano.

El denunciante entendía que, con este documento, los responsables del HUCA pretendían eximir de responsabilidad al autor de la primera cirugía, con quien afirma haber mantenido una conversación telefónica cuyo contenido sería decisivo para esclarecer el caso. La magistrada solicitó unas pruebas de geolocalización que concluyeron que el busca estaba en las proximidades del domicilio del autor de la primera operación. Pese a todo, la jueza no considera "debidamente justificada la perpetración del delito de falsedad documental" y ha declarado el sobreseimiento provisional de la causa.

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