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Una "Helena" menos fiera de lo esperado se va tras dejar olas de 10 metros y fuerte viento

La nieve obligó a cerrar siete puertos y forzó al uso de cadenas en otros veinte, mientras se prohibió el paso de camiones por Pajares y el Huerna

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Los Bufones de Pría durante el temporal Helena

La borrasca "Helena" se anunciaba más fiera de lo que finalmente resultó, sobre todo si se compara con los estragos dejados por "Klaus" la semana pasada, con su reguero de argayos, riadas y muertes. Aún así, las nevadas fueron copiosas a partir de los 400 metros, hasta medio metro de nieve en algunos puntos. La nieve obligó a cortar siete puertos de montaña y dejó otros veinte con cadenas, incluido Pajares, en el que se prohibió, hasta por la tarde, la circulación de vehículos pesados, igual que en la autopista del Huerna, donde se limitó la velocidad de los turismos a 60 kilómetros por hora. Las nevadas se cebaron especialmente en el Occidente, donde localidades como Tineo amanecieron bajo una abundante capa de nieve. Un argayo también cortó un carril de la carretera de Ibias a Cangas del Narcea por el Pozo de las Mujeres Muertas.

En el Alto Aller, la nieve obligó al uso de cadenas y neumáticos de invierno en la casi totalidad de las carreteras, algunas de las cuales quedaron cortadas. Y también en el Oriente, donde Sotres, en Cabrales, amaneció aislada por carretera, mientras un argayo causó el corte momentáneo en la carretera de Enu, en Amieva, y se sigue trabajando para retirar el que ha cortado la nacional entre Cangas de Onís y Oseja de Sajambre en El Pontón.

En la costa se dejaron sentir los fuertes vientos, con rachas de hasta 122 kilómetros por hora, registrados en Cabo Peñas de madrugada. También en el Oriente, donde Llanes llegó a ráfagas de casi 90. La mala mar obligó a mantener los puertos cerrados, pero en contraposición dejó espectaculares escenas de olas estallando contra los acantilados, como pudo verse en los Bufones de Pría, en Llanes, especialmente por la tarde, donde decenas de turistas desafiaron el fuerte viento y las columnas de agua. La boya de Gijón registró, en torno a las dos de la mañana, una ola de 9,65 metros. No es un récord, pero explica la fuerza de esta borrasca, que dejó 1.600 kilómetros de carretera impracticables en el norte del país, y un fallecido al chocar dos camiones por culpa del viento en Valencia.

En el resto de la región, ya desde la madrugada, hubo intermitentes granizadas, que causaron grandes dificultades en las carreteras. Por ejemplo, a las once de la mañana, en la Autovía del Cantábrico (A-8), a la altura de la salida de Vegarrozadas (Castrillón), tres vehículos que circulaban en sentido a San Sebastián se vieron implicados en un choque por alcance durante una granizada. Afortunadamente, solo hubo daños materiales, aunque ralentizó la circulación durante una media hora.

Más tarde, otra granizada en la misma Autovía, aunque en las inmediaciones de Ribadesella, motivó que un vehículo que viajaba en sentido Santander chocase contra el quitamiedos, obligando a cortar de forma momentánea uno de los carriles de la calzada. Durante la jornada se produjeron otras incidencias causadas por el mal tiempo. Algunos vehículos quedaron atrapados por la nieve en Somiedo. En la carretera de San Juan de Beleño a Viego, en Ponga, una quitanieves que estaba descargando sal terminó volcando en la cuneta.

El granizo fue el protagonista en ciudades como Oviedo, que pasó una madrugada de tormentas encadenadas. A eso de las cinco de la mañana, los vecinos de la ciudad se sobresaltaron con el estampido de un fuerte trueno, seguido de una espectacular granizada, que desveló a muchos. Los tejados y algunos puntos de la ciudad amanecieron con un ligero manto blanco.

Las precipitaciones y el deshielo motivado por las temperaturas relativamente altas de los días anteriores provocaron que los ríos volviesen a bajar de nuevo crecidos, especialmente el Narcea y el Nalón entre Salas y la desembocadura en San Esteban de Pravia y San Juan de la Arena, aunque no con la furia de la semana pasada. No obstante, algunas fincas de las vegas aparecían inundadas y otras aún mostraban los materiales arrastrados por las riadas. El río Sella, a la altura de su desembocadura en Ribadesella, también aparecía especialmente crecido y muy turbio, de forma que el mar presentaba una característica mancha. Más arriba, camino de Poncebos, en Cabrales, el río corría impetuoso, y también el río Duje, subiendo a Sotres.

Aunque aún se esperaba que dejase sentir sus efectos en la madrugada pasada, está previsto que "Helena" remita hoy completamente. Se prevén pocas precipitaciones, que serán de nieve a partir de 500 o 600 metros. Lo que sí habrá es más frío. En Oviedo se espera que las mínimas por la mañana sean de cero grados, y lo mismo para el Occidente y las Cuencas. Para las localidades costeras, unos cuatro o cinco grados.

Cambio a viento del Sur

El viento será flojo y cambiará a Sur, con lo que posiblemente se incrementen las máximas. Todo indica que la nieve que ha caído estos días será más bien efímera y terminará deshelando. El aviso naranja se mantendrá en la costa Oriental hasta las tres de esta tarde. Se prevé viento del oeste y noroeste de fuerza ocho y localmente nueve, con una mar combinada del Noroeste con olas de cinco a siete metros. Por tanto, se aconseja precaución a aquellas personas que se acerquen al litoral.

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