La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

FRANCISCO GONZÁLEZ ARÉCHAGA | Médico

"En esta etapa de mi vida, mi gran deseo es ser recordado como médico rural"

"Desde que me jubilé voy todos los días a Sandiche (Candamo) y en primavera y verano tengo una huerta que aún trabajo en la que se da todo"

Francisco González Aréchaga, en la zona de Las Dos Vías de Grado, donde creció y aún reside. S. ARIAS

El médico Francisco González Aréchaga, que nació en Trubia (Oviedo) en 1936, aunque reside en Grado desde niño, afronta la jubilación que disfruta desde 2006 con mucha vitalidad. Acude a diario a Sandiche (Candamo), donde tiene una huerta, y disfruta mucho de la familia, a la que se ha sumado su nieta Victoria. Además, mantiene una mente clarividente y una memoria de elefante, nombres y fechas están en su cabeza. Ha sido candidato en varias ocasiones al "Moscón de Oro" y en el municipio ya se mueve su declaración como hijo predilecto. El cariño y el respeto que le guardan los moscones son evidentes, como le mostraron en un reciente homenaje que dejó la Casa de Cultura moscona pequeña para acoger a todo el público.

Médico en Grado. "Después de mi etapa como médico rural en la zona de Salcedo comencé a pasar consulta en mi domicilio, luego ya fuimos al consultorio de La Cruz, en los años setenta, y ya en la década de los noventa del siglo XX al ambulatorio".

"El progreso trajo cambios sanitarios y sociales, aunque creo que la medicina era más entrañable antes, más que médico eras un consejero y un amigo, era un trato más cercano. Ahora entras en la consulta y el médico no levanta la vista del aparato, sólo mira el ordenador, y hay que fijarse en el paciente para hacer un diagnóstico acertado".

"Nunca dije a la cara a un paciente que tenía una grave enfermedad. Jamás. Procuraba suavizar y explicarlo tranquilamente con los familiares. Tengo un gran respeto por el secreto médico profesional".

La montaña y el mar. "Ya en Grado, al poner el servicio de Urgencias, pude empezar a tener vacaciones e ir a Somiedo a setas con Octavio, 'Tan', y con Juan Luis de la Mata. Allí conozco todos los picos, empecé a ir con mi primo Luis Martínez y después con Nicolás y mi gran amigo Vicente Quirós".

"También me gustaba navegar en zódiac desde San Esteban de Pravia a la peña de La Deva, por el Oeste, y más allá del Cabo Vidio. Solía ir acompañado de Alfredo González Huerta, Ricardo Quevedo y Pepe Luis Cuesta".

Relación con Cornellana. "Desde que me casé en Cornellana empecé a ir asiduamente e hice grandes amigos, como Pichi Grana, Jorge Sabater, Kilo Tejada, Kilo el panadero, Gonzalo Villazón, José "el Alemán", Goro, Alfonso, Falo y Jesús el médico".

Aficionado del Real Sporting. "Empecé acudiendo al fútbol a Oviedo con Mariano Calviño, Roberto Soriano, José María, los hermanos Tarralva y Manolo Cañedo. También hicimos muchos viajes por Asturias y fuera de ella. De aquel tiempo también recuerdo a José Ramón, quien fuera alcalde de Yernes y Tameza y gran amigo mío".

"Con el párroco don Servando, Julio, del bar Azul, Braña y Alfredo Huerta empecé a ir al fútbol a Gijón. En casa son todos del Real Sporting".

Política local. "Fui concejal dos mandatos con el alcalde Luis Menéndez Ribaya y otro con José Sierra como regidor, ya en periodo democrático. Tengo gran pesar de no haber conseguido que se hiciese la carretera a San Adriano, es un pueblo muy aislado, pero con todas las casas unidas, está deshabitado pero las personas siguen yendo. Tiene unas vistas maravillosas".

"Me hice concejal porque me lo pidió Ribaya, y lo único que intenté hacer en política fue mejorar el concejo de Grado. Estoy orgulloso de haber logrado que se construyese la carretera de Santianes de Molenes a Villandás, porque antes había que bajar a San Pedro y volver a subir. Era un rodeo".

Santiago y Santa Ana. "Soy el socio número seis de la Hermandad de Santiago y Santa Ana, es una fiesta muy querida para mí, siempre venimos a coger el bollo al parque, aunque luego solemos ir a comerlo a Cornellana. Me entregaron la medalla de oro de la Hermandad junto a mi querido amigo el difunto Francisco Crego, también médico, y a Marina Pachilín".

"No sé por qué, pero las fiestas son muy especiales para mí, tengo guardadas todas las botellas de vino que entregan. Es un día de mucha fiesta y mucha diversión".

Pérdida de su hermano. "Armandín falleció joven. Fue terriblemente duro. Mi hermana Victoria, que fue profesora de Historia en el Instituto César Rodríguez de Grado, ya está también jubilada".

Aspirante al galardón "Moscón de Oro". "Agradezco mucho que me hayan presentado en varias ocasiones al premio 'Moscón de Oro' y aprovecho para decir que mucho más que yo se lo merece mi sobrino Francisco Muñoz Aréchaga, médico anestesiólogo, por la gran labor que realiza buscando medios para combatir la epidermolisis bullosa, conocida como 'piel de alas de mariposa', a través de la asociación Debra, y por la continuada atención a los que padecen la enfermedad, entre los que se cuenta su hija Inés. Es una enfermedad terriblemente dura, es una chiquilla preciosa".

Jubilación. "Me jubilé en el año 2006 y aún muchos pacientes me consultan. Y sigo siendo el médico de casa. Soy el primero de la familia en ser médico, luego siguieron la carrera mis primos Juan Aréchaga y María del Carmen Aréchaga y mis sobrinos Francisco y Fernando Muñoz Aréchaga, uno es anestesiólogo y el otro traumatólogo".

Papel de abuelo. "Es como ser padre dos veces. Mi nieta Victoria, nombre que lleva en recuerdo de mi madre, tiene 5 años. Juego con ella y, sobre todo, hablamos mucho. Ella tiene muchas preguntas y cuestiones y disfruto mucho de estar con ella. También tengo sobrinos nietos, Francisco, Inés y Anne".

Homenaje. "Agradezco mucho el homenaje que me hicieron en la Casa Miranda, donde hubo familias, amigos y pacientes; unos estuvieron presentes y otros no, por una u otra razón no pudieron acudir".

"Mi familia y amigos me arroparon y hubo asistentes de Grado, Oviedo, Salas y Candamo. Tengo un especial agradecimiento al cronista oficial del concejo, Gustavo Adolfo Fernández, y a la asociación 'Mujeres por Grado', que organizaron el acto".

Jubilación. "Desde que me jubilé voy todos los días a Sandiche, y en primavera y en verano tengo una huerta que aún trabajo. Se da todo en las vegas del Nalón, fuimos la huerta de Asturias. El trabajo con la tierra es muy satisfactorio y gratificante, la tierra da distracción y ejercicio. Los pacientes aún me paran, me recuerdan, a muchos los ayudé a nacer. Ahora, en esta etapa de mi vida, mi gran deseo es ser recordado como médico rural".

Compartir el artículo

stats