Fue la justa y necesaria, pero hubo escenificación. Teresa Mallada y Mercedes Fernández no llegaron juntas, ni se sentaron cerca ayer en la sede nacional del PP. Pero han enterrado, al menos por ahora, el hacha de guerra. Mensaje conciliador y a mostrar que ya no va a haber zancadillas. Después de la tempestad, de que la dirección nacional mandase a sus "fontaneros" para intervenir, ha llegado la relativa calma. Se están dando pasos hacia una integración, que se visibilizará en el equipo de campaña de Mallada y, posiblemente, llegue a la lista electoral autonómica. Por su parte, la presidenta regional del partido ha puesto a disposición de Mallada recursos para la campaña, incluyendo contratos de asesores. En ese sentido, Mallada ya tiene a su disposición un hueco para Beatriz Campa, que será encargada de prensa.
