Cincuenta y dos años. Es el tiempo que lleva habiendo producción de arándanos asturianos. La expansión cuya rentabilidad ahora cuestionan algunos productores [El arándano, la burbuja que se desinfla; 05/02/2019] se produjo en el último siglo, hasta llegar a las 200-300 hectáreas plantadas en Asturias en el último año, pero los inicios y el enraizamiento de este arbusto frutal en la región hay que buscarlo en 1967, en una plantación de Tineo.
El arándano de Tineo llegó de Norteamérica, la gran cuna de la producción, comercialización y consumo de este fruto. Se lo veía como un producto capaz de dinamizar la vida de los pueblos, y en concreto las del Suroccidente. El impulsor de la iniciativa fue Julio Antonio Fernández Lamuño, director de la Granja Agrícola de Tineo, y aunque tardó en ver cómo otros le seguían la propuesta, al final sí que vio cómo aquellos arbustos en los que confíaba cogían impulso. Cincuenta y dos años después la plantación sigue produciendo unos 4.000 kilos de fruto al año. También sus responsables opinan que el que iba a ser un gran dinamizador y un negocio con posibilidad de generar riqueza en Asturias tiene ahora esas expectativas menguadas. Porque la competencia de algunos países del Este de Europa aprieta y China casi no da tregua, además de llevar unos costes asociados importantes.
El yerno de Juan Fernández Fernández, Fermín Fernández Álvarez, es quien mantiene viva la plantación en la actualidad. Reconoce que le tocó vivir una buena época en cuanto a la demanda y venta de arándanos, pero que ahora "no merece la pena cultivarlos, el precio del kilo no llega al euro", se queja. (Puedes leer la historia completa de la plantación aquí).
