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Me quedo en el pueblo | Leiredo

La tierra como mejor escuela

Cristina Rubio, maestra, ha puesto en marcha una empresa de agricultura ecológica y frutos rojos en una finca familiar en San Martín de Luiña

Cristina Rubio Riego, con algunos de sus productos a la venta en el mercado semanal de San Martín de Luiña. ANA PAZ PAREDES

Pocas personas hablan con tanta pasión y tanta seguridad sobre las decisiones importantes que toman en su vida como Cristina Rubio Riesgo, natural del pueblo de Leiredo, en San Martín de Luiña. Siempre le gustó la educación y se licenció en Magisterio en Oviedo. Es maestra y, desde que se dio de alta el año pasado, también agricultora ecológica. "Yo nunca me fui del todo del pueblo. La idea de convertirme en emprendedora rural surgió en 2017 pensando en un aprovechamiento de las fincas familiares. Vimos que había una adecuada para el arándano, y me puse con ello", dice Cristina, que, sin embargo, no fue a ciegas en su emprendimiento, pues hizo un plan de empresa, el proyecto y un estudio de mercado en Valnalón.

Ella cree que sí se puede emprender en el medio rural. "En el campo tienes que ver qué necesidades y carencias hay en la zona que buscas. Mi idea era poner en marcha un negocio que sea viable aquí, pero que también te permita al tiempo venderlo fuera. Hay que ver qué recursos tenemos para aprovecharlos y sacar adelante tu negocio, sea del tipo que sea, en el medio rural. ¿Qué puedo hacer yo dentro del pueblo?, ¿qué carencias hay que yo pueda cubrir? Ahí está el emprendimiento de cada uno y el que cada vez haya más emprendedores que apuesten por el medio rural, es bueno para todos", afirma.

Junto con los arándanos puso en marcha una huerta ecológica. "Llevo muy poco tiempo y, la verdad, estoy entusiasmada. Empecé a vender mis productos en verano del año pasado y estoy muy contenta, aunque sé que me queda mucho por delante, pero no me desanima. Al contrario. Siempre estoy buscando información tanto en internet como en libros, además de hacer cursos. En ecológico estoy inscrita en el Copae en el periodo de transición, espero que me den el sello pronto", dice.

Su explotación, Tierrina, Productos de la Huerta, está dando sus frutos y, aunque unos tarden más en salir que otros, sin duda que esta joven maestra que ha decidido volver a las raíces va a llegar donde se proponga. Tiene la idea, junto con su pareja, que la apoya desde el principio en su empresa agraria, de vivir y trabajar en el pueblo, aunque él como programador de animación, que es su profesión. "Con una buena conexión a internet, él puede llegar a trabajar desde casa, como hace tanta gente con otras profesiones distintas a las tradicionales del campo y que viven en el mundo rural. Esperamos llegar algún día a quedarnos definitivamente aquí", dice ella.

Entre algunas ideas de esta inquieta emprendedora rural, está también hacer algún taller para niños en su huerta. "Quiero no sólo que tengan una buena educación alimenticia, también que valoren el campo, que sepan en qué consiste y el trabajo que se hace en él", señala. Lo que se dice una maestra vocacional en toda regla.

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