El comité de empresa de la Consejería de Infraestructuras ha denunciado la consolidación del “modelo privatizador” en la conservación y explotación de las carreteras asturianas. El presidente del comité, Marco García, señaló que este hecho ha podido constatarse durante el temporal de la última semana de enero, cuando la existencia de argayos, nieve e inundaciones hizo necesario, “una vez más” recurrir a empresas privadas para atender a las urgencias.

Marco García señaló que los numerosos argayos aparecidos en las carreteras asturianas son “en muchos casos, demasiados, fruto de una deficiente limpieza de cunetas”, que en caso de lluvia intensa “vierten libremente por las laderas arrastrando tierra y piedras, generando socavones”.

Este problema ha sido “reiteradamente denunciado” por el comité de empresa, y surge por la combinación de “una evidente carencia de medios humanos y materiales en el Servicio Público de Conservación”, encargado de la limpieza y desbroce de aproximadamente la mitad de los 4.200 kilómetros de carreteras de titularidad autonómica, cediéndose el resto a empresas privadas, que a juicio de los sindicalistas son “escasamente fiscalizadas en su trabajo”, dejando, en algunos casos, “restos acumulados en los márgenes de las carreteras que deben ser limpiados por trabajadores del Servicio de Conservación, ante el riesgo de colapsar las cunetas y tajeas, lo que provoca vertidos de aguas fuera de sus canalizaciones o inundaciones en la calzada”.

Según el comité de empresa se incrementa el problema cuando alguna empresa privada no cumple con su contrato y, como ya ha ocurrido, deja “cientos de kilómetros sin desbroce ni limpieza, teniendo que hacerse cargo el propio Servicio de Conservación”, pero con unas “directrices” en las que “prima la urgencia y la rapidez sobre la calidad de los trabajos realizados”, resultando de ello “una apariencia de incompetentes y chapuceros”, que resulta “incompatible con el servicio público de calidad que defendemos”.

“Es obvio que la Consejería carece de personal suficiente para abordar la construcción de nuevos viales, pero no así para garantizar la conservación de las carreteras asturianas”, resaltó el comité de empresa, que añadió que, a pesar de la continua amortización de puestos de trabajo y la precariedad en medios materiales, la Dirección General de Carreteras asume el mantenimiento de más de 4.200 kilómetros de viales.

García considera que, pesar de las reiteradas declaraciones de los responsables políticos de la Consejería de Infraestructuras sobre su oposición a la privatización de los servicios públicos, los hechos muestran “lo contrario”, pues entre los años 2012 y 2016 el departamento que ahora encabeza Fernando Lastra invirtió “cero euros” en la renovación de la flota propia, alegando los dirigentes políticos la existencia de “problemas presupuestarios derivados de la crisis”.

Claro que los responsables de la Consejería no tuvieron inconveniente durante esos mismos cinco años en adjudicar a empresas privadas contratos “por valor de más 56 millones de euros para obras como desbroce, limpieza, mantenimiento, señalización, etcétera, obras que viene realizando en parte el propio Servicio de Conservación”.

El comité entiende que, si hay dinero para que las funciones propias las desarrollen las empresas privadas, resulta “inconcebible” que no exista “una inversión en medios propios para economizar los medios ajenos, que garanticen un servicio público eficaz y ejemplar”.

Los sindicalistas compararon también los algo más de 200.000 euros gastados en el año 2017 en renovación de flota (sobre todo furgonetas pequeñas) “con los más de 41 millones de euros contratados a empresas privadas” para conservación de carreteras.

“Es de justicia resaltar que el presupuesto del 2018 superó los 400.000 euros en renovación de flota y los 800.000 euros el de 2019, inversiones que saludamos, pero que son evidentemente insuficientes, a la vista que los 193 vehículos de todo tipo (camiones, palas, desbrozadoras, todoterrenos, fresas de nieve, furgonetas, etcétera) del servicio tienen una antigüedad media de 18 años, siendo la de las palas, motoniveladoras y fresas de nieve de unos 30 años de edad media en este 2019”.

“No es tolerable tener como únicos recursos para enfrentar estas emergencias de argayos e inundaciones 4 palas mixtas del año 1990 y 4 palas cargadoras (dos de 1987 y otras dos de 1990)”, resaltó el comité. Y la situación “se agrava aún más” con el “continuo retraso en la compra de recambios para la reparación de vehículos y maquinaria, por los permanentes problemas en la gestión de los contratos públicos”. Para los sindicalistas resulta “evidente” que con este equipamiento, y “a pesar de los esfuerzos y sacrificios del personal del Servicio de Conservación, no podemos dar la respuesta ante emergencias de este tipo que merece la población asturiana”.

El comité de empresa se ha comprometido a adoptar las “medidas oportunas” en defensa del servicio público y ha reiterado su denuncia de “carencia de medios materiales y personal suficiente en la Consejería de Infraestructuras”.