El parlamento asturiano aprobó ayer una declaración de reconocimiento a la labor histórica de la Brigada de Salvamento Minero de Asturias como "lámpara de esperanza y solidaridad" desde su primera misión, tras una explosión de grisú en el pozo María Luisa de Langreo en 1912. El presidente de la Junta General, Pedro Sanjurjo, leyó al inicio del pleno un texto donde se hacía hincapié en la dimensión nacional e internacional que ha adquirido este grupo tras su participación en el dispositivo de rescate del cuerpo de Julen, el niño que cayó a un pozo en Totalán (Málaga).

La declaración pidió la continuidad del grupo: "La Brigada no ha perdido su razón de ser a pesar del progresivo cierre de las explotaciones mineras de carbón asturianas, como evidencia su participación en simulacros de actuación y en siniestros de diversa naturaleza", recoge el texto, donde se hace una llamada a que la transición ecológica no acarree una nueva destrucción masiva de empleo en la región y en las cuencas mineras.