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TINO CORTINA | Presidente de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias

"Cuesta mantener viva la esencia de la sidra con el bombardeo mediático de otras bebidas"

"El caldo regional estaría en su mejor momento si Asturias tuviera un poco más de poder adquisitivo - y la población no estuviera tan envejecida"

Tino Cortina "juega" a los bolos con botellas de sidra y una manzana en la explanada de su llagar, en Villaviciosa. FERNANDO RODRÍGUEZ

- ¿Qué mensaje envía al resto de españoles para que apoyen la candidatura de la cultura sidrera asturiana?

-El vino tiene una trayectoria e importancia capital en España. Pero en Asturias tenemos lo nuestro: la sidra -aunque también vino en Cangas del Narcea-. No queremos menospreciar nada. Sin embargo, en los últimos años nos está costando mantener viva la esencia de la sidra con todo el bombardeo mediático de las nuevas bebidas. Bebidas que, normalmente con menos calidad, poseen mayores recursos para su promoción. Con lo cual necesitamos ese empujón, que pedimos a nuestros vecinos, al resto de españoles. Al final se trata de un poco de solidaridad. Los asturianos nos hemos tomado con mucho respeto otras candidaturas. Ahora es nuestro turno.

Tino Cortina (Villaviciosa, 1977) es presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Sidra de Asturias. Bajo esta etiqueta se comercializan casi cuatro millones de botellas de sidra al año, elaboradas exclusivamente con manzana asturiana. Cortina pelea día a día, desde su lagar maliayés, "por lo nuestro" y no hay nada más nuestro que la cultura sidrera, la cual aspira a convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Después de una década de intentos fallidos, la espita por fin está abierta. La candidatura se estrenó el jueves en Sariego con la celebración de una gran espicha, en la que se presentaron sus 134 primeros embajadores, entre ellos LA NUEVA ESPAÑA. Cortina, enólogo de formación, es miembro del comité que pretende elevar la bebida regional a la categoría de mundial.

- La carrera - de fondo, como ha señalado en más de una ocasión - ya ha empezado. ¿Cree que alcanzaremos la meta o que a medio camino nos entrará la fatiga?

-Soy optimista. Llevamos un proyecto potente y ya hay alguna expresión cultural similar recogida en la lista de la Unesco. Otro motivo para confiar en que llegaremos a la meta es que tenemos una urgencia a la hora de preservar ciertas costumbres, que ahora están en desuso y en un futuro podrían correr peligro. También me alegra ver cómo la candidatura une a los partidos políticos. Desde que empezamos con el proyecto, hemos recibido el apoyo unánime de políticos de todo signo. Y eso, en los tiempos en los que estamos, es todo un logro y representa de alguna manera la fortaleza de esta candidatura.

- ¿Qué costumbres están en peligro de desaparecer?

-En la actualidad, somos unos 80 lagares los que elaboramos sidra comercial. Casi todos comenzamos haciendo sidra casera, como nuestros antepasados. Ahora el movimiento asociativo está luchando por que esta tradición se mantenga. Al igual que nosotros, en la Denominación de Origen Protegida, cuidamos y velamos por hacer el caldo regional con manzanas autóctonas. Aun así hay muchas variedades que corren peligro de extinción, que debemos proteger. Lo mismo ocurre con los cantares, con la literatura, con deportes como los bolos... Y ni qué decir del escanciado: es un servicio muy costoso, que en futuro puede que no resulte tan fácil de preservar. Ante todas estas amenazas, creo que debemos buscar herramientas. Cuantas más, mejor. De lo contrario, esta cultura tan rica no podrán disfrutarla las generaciones venideras.

- ¿La declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad qué aportaría a Asturias y, más concretamente, a los lagareros?

-La declaración no es en sí un premio, no es una condecoración, siempre lo digo. Si la conseguimos, entraremos a formar parte de una lista de expresiones culturales representativas de todo el planeta, que lo que pone de relieve es su conservación. Para ello, debemos presentar unas medidas y la Unesco se encargará de velar por que se cumplan. Ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad es la ayuda más potente que tenemos a nivel global para que esta cultura sidrera no decaiga.

- En España tienen huesos duros: la paella valenciana y la jota también aspiran a convertirse en Patrimonio.

-Nosotros no vamos contra nadie. Prueba de ello es que Asturias, a lo largo de estos años, ha apoyado otras candidaturas. En Madrid hay una comisión central, en la que están representadas las comunidades autónomas, y de ella tendrá que salir el proyecto que vaya a representar a España. Está el espeto malagueño, la paella valenciana, la jota... Pero Asturias tiene que esperar, con paciencia y sin cesar en su trabajo, su momento. Debemos mirar para nosotros y conseguir el apoyo de nuestros vecinos.

- ¿Y si no se logra este año?

-Al menos ahora sabemos que la candidatura va a ser presentada. Estamos trabajando de forma muy seria en ella. Yo siempre se lo digo a nuestros políticos: da igual quién esté el día de mañana en el Gobierno, debemos reservar algo de energía para alimentar esta candidatura. Porque ésta será una carrera de medio- largo plazo.

- ¿Qué opinan de la candidatura asturiana los productores de sidra vascos, gallegos o extranjeros?

-Es tan incipiente todo que todavía no hemos tenido la oportunidad de hablar con ellos. Yo al menos no. Pero creo que el apoyo será unánime. Nosotros partimos de la base del respeto y también ellos nos respetan a nosotros. Se sabe que la cultura sidrera asturiana es única y necesitamos su apoyo para que perdure en el tiempo. Insisto: pienso que tendremos el apoyo total de nuestros colegas de otras regiones.

- ¿Cuáles son los pilares de la candidatura asturiana?

-Uno de ellos es el folclore asociado a las romerías y otro, por supuesto, la gastronomía. Pero hay mucho más. Por ejemplo, el léxico. Sería imposible encontrar un vocabulario tan rico en refrescos modernos. Aquí tenemos sidra floja, sidra dura, sidra con tastu, sidra con bombillín, sidra que espoleta, sidra que ye barrigona, sidra que ye cabezona...

- ¿Cree que la sidra está en su mejor momento?

-Estaría en su mejor momento si Asturias tuviera un poquitín más de poder adquisitivo y no tuviese una población tan envejecida.

- Explíquese.

-Si hablamos de sidra natural, el mercado depende mucho de la región. Por tanto, es muy difícil que la comercialización vaya a más cuando la economía no acaba de mejorar y la población está cada vez más envejecida. Nuestro perfil de consumidor no es la gente de 70 u 80 años, aunque en un momento determinado puedan tomar una botella de sidra. Nuestro público es la población de edades intermedias.

- Pero cada vez exportan más. ¿Eso no invita al optimismo en el sector?

-Los esfuerzos en exportación se hacen y los números están ahí. La sidra natural, por sus características, es difícil que se exporte, sin embargo, hay otras que están teniendo gran éxito fuera de nuestras fronteras. Me refiero a la sidra natural espumosa o a la sidra de hielo, por ejemplo. Estas bebidas pueden ir a más y en ello estamos trabajando.

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