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El HUCA aparta de la cirugía cardiaca a dos enfermeros del caso de las gasas

Ambos profesionales denuncian una represalia por afirmar que en el corazón de un paciente había dos compresas que le causaron la muerte

El HUCA aparta de la cirugía cardiaca a dos enfermeros del caso de las gasas

El cisma en el servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se ha concretado en una medida disciplinaria que traerá cola. Dos de los enfermeros que declararon ante la juez que se encontraron compresas en el interior de un paciente fallecido en el transcurso de una intervención quirúrgica han sido apartados de las operaciones de corazón. Ambos profesionales sostienen que el olvido de dos gasas en una intervención anterior fue la causa del fatal desenlace. Y los dos consideran que esta decisión de sus superiores constituye una represalia por mantener una versión distinta a la del jefe del servicio y a la de la dirección del hospital. En consecuencia, se da por seguro que presentarán reclamaciones por acoso profesional ante la gerencia del HUCA, el consejero de Sanidad de Principado y la Inspección de Trabajo.

Ayer mismo entró en vigor una resolución que afecta a dos enfermeros experimentados del área de Cirugía Cardíaca, cuya actividad requiere un adiestramiento específico. El comunicado que les ha remitido la dirección de Enfermería del HUCA indica que seguirán asignados "funcionalmente dentro del área quirúrgica, si bien en actividades diferentes a la cirugía cardiaca". Y justifica el cambio aludiendo a "la necesidad de implementar nuevas medidas organizativas (...) a propuesta de la dirección del área de gestión clínica del Corazón".

Esta medida se enmarca en el polémico "caso de las compresas", que lleva un año en la vía penal investigado por la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Oviedo, quien aún no ha concluido las diligencias previas. Los hechos se remontan al 2 de febrero de 2018, cuando el ovetense J. L. G. R., de 44 años, falleció desangrado en una operación que el cirujano le había presentado como "rutinaria".

La magistrada tiene que dirimir si los enfermeros ahora apartados tienen razón, y si en efecto había dos compresas en la cavidad torácica del paciente cuando lo abrieron para una segunda operación, y si esas supuestas gasas habían sido olvidadas por otro equipo que había intervenido al mismo paciente el 11 de diciembre anterior (de 2017).

Segunda cuestión sobre la que está indagando la jueza: si estas gasas fueron la causa directa de la muerte del enfermo tras infectarse y formar un coágulo, o si el fatal desenlace fue más bien provocado por un pseudoaneurisma que no había sido advertido en las imágenes diagnósticas. Ésta última tesis es la que sostiene la dirección del HUCA en un documento oficial.

Aún no se sabe si la magistrada archivará la denuncia de la familia del enfermo o si ordenará la apertura de juicio. Pero, tal y como adelantó este periódico el pasado día 3, lo que no ofrece dudas es el clima de ruptura total en el servicio de cirugía cardiaca del HUCA, que incluso ha originado otra denuncia por falsedad documental que ha obligado a realizar pruebas de geolocalización para determinar qué cirujano estaba a cargo de uno de los buscas del hospital en el momento de los hechos.

En este momento hay cinco trabajadores del HUCA con estatus de investigados, entre ellos el cirujano responsable de la primera intervención y el responsable de la segunda. La presencia de compresas ha sido negada por dos radiólogos del HUCA, y ha sido afirmada por otro peritos.

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