La sombra de Gaspar Llamazares en alargada. La heterogénea dirección de Izquierda Unida de Asturias no acaba de encontrar un candidato que llene el vacío que ha dejado el incombustible y veterano político que finalmente será el cabeza de lista de Actúa en las elecciones al Europarlamento.
El comité electoral de IU de Asturias ni siquiera tiene definido el reglamento y el calendario de las primarias cuando sólo quedan 101 días para la cita con las urnas. La dirección ha optado por retrasar un proceso al que, por ahora, ha anunciado su candidatura la concejala avilesina Carmen Conde. Todo lo demás son rumores alrededor de Ramón Argüelles, Ángela Vallina, Ovidio Zapico, Julio Antuña o Aníbal Vázquez.
Ese paso de tortuga para resolver las primarias acaso sea para ganar tiempo pero también por las dificultades para encontrar un "cabeza de lista"; no ya que tenga el tirón de Llamazares, asignatura pendiente asumida incluso por los más críticos con el exportavoz, que lideró un gran resultado cuando Podemos surfeaba la más alta de sus olas; sino que sea capaz de concitar un consenso interno de mínimos. Si hace cuatro años, Llamazares se impuso en las primarias al entonces coordinador, Manuel Orviz, a finales de enero, en esta ocasión el proceso interno resulta más complejo. Las malas relaciones de la dirección federal con Llamazares y los vaivenes de este, que acabaron por marear incluso a los que le fueron fieles para apoyarle en una asamblea extraoficial sólo veinte días de su baja en el organización, han dejado tocado a un partido cuyo resultado será clave para la gobernabilidad de Asturias tras el 26-M.
