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Tecnólogas sin complejos

Cuatro exalumnas de la Politécnica de Gijón animan a 300 bachilleres a seguir su vocación científica, ser emprendedores y luchar contra creencias limitantes: "La mujer tiene mayor capacidad de ejecución"

Una de las visitas de un grupo de estudiantes del IES de la Laboral de Gijón a los laboratorios de la Politécnica. MARCOS LEÓN

Cuando Isabel Lombardía, directora general de Espiral Microsistemas, comunicó a la familia que quería estudiar una ingeniería, un amigo le dijo a su padre: "Qué pena, con la de cosas bonitas que hay para la mujer". Aquella afirmación le hizo reflexionar acerca de la existencia de un "machismo burdo" en la sociedad que, afortunadamente, ha desaparecido pero existen otros obstáculos para que las mujeres puedan hacer carrera en el mundo de la Ciencia y la Tecnología. Lo explicó ayer en la Jornada para la promoción de la ingeniería con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia en la Escuela Politécnica de Gijón. Cuatro exalumnas, hoy en diferentes puestos en el sector TIC, analizaron las oportunidades y también los muros superados para desarrollarse profesionalmente. El 'techo de cristal', esa barrera que impide a las mujeres llegar a posiciones de poder y ejecutivas continúa existiendo aunque Lombardía lo ve más como "una boina de cristal" en la que uno se impone frenos "por no llamar la atención o creer que no está suficientemente preparada".

La primera lección de la jornada llegó por boca de la directora general de Espiral MS, alumna de la Politécnica hace tres décadas. "La vida es una sucesión de equivocaciones, no tengáis miedo. Sin error no hay aprendizaje", planteó ante 300 estudiantes de Secundaria y Bachillerato de Oviedo, Gijón y Avilés. Al acabar la carrera ella decidió montar un pequeño negocio. La respuesta de la familia no tardó en llegar: "¡Qué locura! Echa el currículum a Arcelor o estudia". Pero ella insistió. Hoy dirige una empresa de 70 personas con proyectos en 20 países. Todo porque un día confió en su vocación y arriesgó.

Segunda lección. La dio Susana Peregrina, directora de I+D de Arcelor. Comenzó al frente de un equipo experto en visión artificial. "Hacían cosas increíbles, cada uno a su manera pero aquello podía cascar en cualquier momento. Decidimos parar seis meses y desarrollar una lógica común", explica. Fue su decisión. Y asumió el riesgo y el impacto. Pero con una idea muy clara: "Nunca fallas, siempre aprendes; hay que tener ganas de hacer las cosas". A su modo de ver, las mujeres presentan "mayor capacidad de ejecución para hacer funcionar las ideas y moverlas".

Carla Álvarez Sanjurjo, estudiante de Telecomunicación y piloto de rallies, aportó un nuevo punto de vista. Su aplicación para optimizar el servicio en restaurantes le valió una estancia formativa en Silicon Valley. Su interés por desarrollar nuevas competencias llevó a la tercera lección de la jornada: "Seguid vuestra vocación, aprovechad las oportunidades que se os presenten; aporta mucho estar vinculado a otras cosas fuera de los estudios".

La decana del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos en Informática, Aurora Barrero, abundó en la importancia crear referentes femeninos y abandonar el tópico del ingeniero encerrado en un zulo. Cuarta lección: "No todo el mundo tiene que emprender. Hay que tener mucha energía y las pilas cargadas y pensarse el momento". A su juicio, la prioridad es "no parar de aprender, y elijáis lo que elijáis, que os guste por encima de todo". Las competencias tecnológicas, dijo, serán fundamentales para todas las profesiones y en el futuro "saber programar será tan importante como el inglés hoy".

Para la directora de la cátedra de Emprendimiento Capgemini-Caja Rural, Beatriz Junquera, las barreras para las mujeres existen "desde que nacemos; estamos obligados a fomentar la igualdad desde el sistema educativo", planteó. Al avance "que todos queremos y todavía no llegó" se refirió también el rector Santiago García Granda quien señaló que "cuando ellas se ponen a hacer algo, lo hacen muy bien". Lo ejemplificó en las cifras de emprendimiento: las mujeres son un 3,6% mientras los hombres solo optan por este camino un 2,9%. "La percepción ha cambiado pero tiene que hacerlo más", concluyó.

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