La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Guardia Civil "agota" a los detenidos para intentar arrancarles una confesión

Los agentes quieren tener todo "atado y bien atado" antes del pase a disposición judicial

Adrián Fernández, abogado del argelino detenido, ayer. EUROPA PRESS

Los tres detenidos por el crimen de Javier Ardines que fueron arrestados el pasado martes en el País Vasco pasarán a disposición judicial previsiblemente a lo largo de la tarde de hoy. No en vano será entonces cuando se cumplan las 72 horas que, como máximo, dispone la Guardia Civil para interrogarlos.

Los agentes llevan dos días -desde que a las seis de la madrugada del martes los agentes entraran en su domicilio-, sometiendo a los acusados a un desgaste tanto físico como mental que busca un doble objetivo: minar la moral de los imputados hasta que confiesen y coger las pruebas hasta que todo esté "atado y bien atado"

El objetivo es que la juez de instrucción de Llanes encargada de dirigir los trabajos de investigación no tenga ningún obstáculo a la hora de enviar a prisión los reos. Los agentes aún no tienen cerrada la investigación: buscarán pruebas hasta "el último minuto". Son conscientes, aseguran desde su entorno, de la presión que tienen a su alrededor: media España ha estado pendiente de uno de los casos más mediáticos que han tenido lugar en los últimos años y que ha llevado a los agentes tanto de la Policía Judicial de Gijón como de la Unidad Central Operativa de Madrid a trabajar más horas de las habituales en no pocas ocasiones bajo la crítica de quienes decían que no se estaba realizando un buen trabajo.

Compartir el artículo

stats