La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La fiscal superior alerta de agresiones sexuales a menores en su propio entorno

Esther Fernández: "Somos la generación conejillo de Indias con las redes sociales y las posibilidades que abren para delinquir, incluidos homicidios"

Esther Fernández, en su despacho. FERNANDO RODRÍGUEZ

Esther Fernández García (Avilés, 1959) fue reelegida por unanimidad fiscal superior del Principado de Asturias el pasado mes de octubre. Licenciada en Derecho por la Universidad de Oviedo, ingresó en la carrera fiscal el 31 de mayo de 1985. Fue destinada en la entonces denominada Fiscalía de la Audiencia Territorial de Galicia con sede en La Coruña, donde tomó posesión el 25 de junio de ese año. De allí llegó a Asturias en 2013. Concienzuda y absolutamente clara en la defensa de sus planteamientos, se encarga personalmente de elaborar las estadísitas de la Fiscalía todos los años (casi 300 páginas), una labor que le permite comparar datos y evaluar su evolución. Asturias no es una comunidad conflictiva, pero hay asuntos sobre los que pone la lupa de manera especial.

Las agresiones sexuales. En Asturias no se han detectado casos de "manadas", pero sí "los suficientes delitos de este tipo cometidos en el entorno familiar como para tenerlos en consideración. Son, además, continuados en el tiempo y las víctimas tienen entre 13 y 16 años", lamenta la fiscal superior de Asturias. ¿Hay que cambiar la legislación para que no sea tan sutil la línea que separa el abuso sexual de la agresión? La respuesta de Esther Fernández es contundente: "La norma siempre va a ser interpretable, y ese es el trabajo del juez: interpretar y aplicar la ley. Nadie ha dicho que sea fácil".

Las redes sociales. Uno de los asuntos más preocupantes es el uso de las redes sociales y las posibilidades que abre para delinquir. "En un mundo tan amplio, tan en desarrollo y que evoluciona tan deprisa, siempre vamos a ir por detrás del uso de las redes sociales, y el abanico de delitos que se pueden cometer es cada vez más amplio", advierte la fiscal superior. "Primero fueron las estafas, después vinieron las injurias y calumnias, pero el campo es infinito. Se puede llegar incluso al homicidio". ¿Cómo es posible? "Pues se 'hackea' el informe médico de un paciente que esté hospitalizado y se le administra una medicación que no es la que corresponde", plantea.

Los jóvenes y las tecnologías. "Yo no sé qué hay que hacer. El problema es que acceden a dispositivos antes de estar educados y formados y saber las consucuencias de su uso. Pero también es verdad que somos la generación conejillo de Indias. Está ocurriendo como cuando empezaron a entrar las drogas, que las consecuencias no se vieron hasta años después. O con el tabaco", explica la fiscal superior. Y hace especial hincapié en la necesidad de enseñar a los jóvenes que "hacer pública tu vida en las redes sociales tendrá consecuencias dentro de unos años. Cada vez hay más gente joven y más casos de sexting y de acosos. Pero las estadísticas solo revelan lo que sabemos; ¿quién sabe lo que habrá de verdad?" . De todas maneras, Esther Fernández remarca que "el repunte más fuerte de este tipo de casos fue en 2013, y desde entonces se mantiene más o menos".

Violencia machista y denuncias falsas. Se mantiene el número de casos, con la excepción de que el año pasado se registraron tres víctimas mortales en la región. La fiscal superior también se refirió a las denuncias falsas, que "existen, aunque en un porcentaje pequeño".

Hombres víctimas. Ante el auge de voces que reclaman el mismo trato si es la mujer la que agrede al hombre, Esther Fernández explicó que "también se dan esos casos, lo que ocurre es que corresponden a agresiones en el ámbito familiar. Si la mujer agrede al marido también se persigue penalmente, igual que si las víctimas son los hijos o los abuelos".

Agresiones de jóvenes a padres y abuelos. "Cada vez son más frecuentes. Se dan bastantes casos relacionados con las toxicomanías, porque los agresores sólo quieren conseguir dinero. Y también en aquellos padres que intentan imponer medidas de control con hijos conflictivos".

Huelgas de fiscales y jueces. Esther Fernández no es amiga de las huelgas, y sin embargo ha mostrado su apoyo a la de fiscales y jueces porque "es para reivindicar una justicia con mayúsculas, porque a todos nos interesa que funcione bien, también al ciudadano. La mayoría de las reivindicaciones no son nuevas".

Compartir el artículo

stats