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Ir a 90, un grano que sí hace granero

El químico Enrique Jáimez apunta a los coches diésel antiguos como responsables de la "boina" que atenaza el centro de la región

Ir a 90, un grano que sí hace granero

Muchos conductores se muestran remisos a aceptar que una reducción del límite de velocidad en 30 kilómetros pueda redundar en unos niveles de contaminación más bajos. "Se tarda más tiempo en hacer los recorridos, se contamina lo mismo o más", suelen argüir. Pero este mito, que está más extendido de lo que se piensa, no se sostiene, según indican los expertos en calidad ambiental, como el químico Enrique Jáimez, quien hasta hace un año dirigía el Clúster de energía, medio ambiente y cambio climático.

"Es evidente que, a menor velocidad, el consumo de combustible se reduce. Puede verlo cualquiera: la aguja del tanque no baja del mismo modo que si subimos de 100. Y si se consume menos combustible, se emiten menos CO2 y partículas a la atmósfera. La reducción de velocidad puede parecer que es un granito de arena, pero muchos granitos hacen granero", indicó.

Sobre el hecho de que se haya establecido el límite de 90 y no otro inferior, Jáimez explicó que se debe, por un lado, a cuestiones de seguridad, dado que podría dar problemas en vías de alta capacidad. Por otro lado, hay que tener en cuenta que, "si se viaja con marchas más cortas, se consume más combustible, ya que el motor es menos eficaz en tercera o cuarta". Esta paradoja se aprecia sobre todo en las ciudades, "donde se circula con marchas más cortas, los frenazos son más frecuentes, la conducción más irregular y los vehículos consumen más combustible y por tanto contaminan más".

Otro mito que se ha extendido entre los conductores es que los coches diésel contaminan más que los de gasolina. Se trata de una verdad a medias. "Los vehículos diésel de última generación contaminan menos que los de gasolina, pero la mayor parte de los diésel que están en circulación son muy antiguos y no son tan eficientes como los actuales", aseguró Jáimez.

Efecto invernadero

Son estos diésel antiguos los que emiten "más CO2, que no es tóxico, pero sí contribuye al efecto invernadero, que es lo que está causando los problemas de contaminación actuales en Asturias", añadió este químico, que es ahora director general del Clúster TIC de Asturias. Enrique Jáimez puso el ejemplo de "esos coches que vemos dando petardazos: uno solo de esos contamina más que cien de los otros". Por tanto llamó a reducir la velocidad, un gesto mínimo que puede contribuir a un aire más limpio.

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