Los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Oviedo retiraron a primera hora de la mañana de ayer los mandiles que mujeres de la Plataforma Feminista de Asturias habían colocado la noche del jueves en una veintena de estatuas de la ciudad. Esta acción marcaba el inicio de una serie de actividades con vistas a la huelga feminista del 8 de marzo. En otras ciudades como Gijón y Avilés también se colocaron mandiles, pero no fueron retirados.

La concejala de Infraestructuras del Ayuntamiento de Oviedo, Ana Rivas, de la que depende el servicio de limpieza, aseguró ayer que "no había ninguna orden ni del Ayuntamiento ni de la empresa para retirar los mandiles". Aun así "la persona que se encarga del mantenimiento de las esculturas los vio y procedió a quitarlos porque nadie le advirtió de que no había que hacerlo y tampoco tenían ningún aviso de que se iban a colocar los mandiles", explicó Rivas. La plataforma decidió ayer no valorar el proceder del servicio de limpieza ovetense.

La acción suponía el arranque en Asturias de los ocho días de "revuelta feminista" convocados por el colectivo "Asturias 8M" para anticiparse a la jornada de huelga y la manifestación del Día de la Mujer. Ese programa contó también ayer con el respaldo en Oviedo de la periodista Cristina Fallarás, en un acto en el salón de té del teatro Campoamor.

Fallarás narró cómo puso en marcha el hashtag "#cuéntalo", a través del cual más de 3 millones de mujeres han narrado en las redes sociales sus experiencias de acoso y abuso sexual. "Comenzó el día de la primera sentencia de 'la Manada', cuando comprendí que los jueces se podían permitir poner en duda la versión de la víctima porque nunca hemos contado lo que nos pasa", explicó.

El primer día de aplicación de la etiqueta interactuaron 100 mujeres, al día siguiente eran 10.000 y en diez días ya eran 3 millones de mujeres las que se habían atrevido a contar experiencias de todo tipo. "No pueden decir que 3 millones de mujeres nos hemos puesto de acuerdo para poner una denuncia falsa", aseveró Fallarás. Ella misma contó cómo con 8 años, en una gasolinera, el operario puso su pene en la ventanilla del coche justo donde ella estaba sentada. "Desde entonces no puedo ir sola a una gasolinera porque me bloqueo por los nervios", explicó. Decidió revelar su experiencia "porque no es lo mismo decir que estoy en contra de la violencia machista que contar mi caso particular con el que se identifica la gente", subrayó.

El movimiento #cuéntalo ha servido para que las mujeres alcen la voz sobre la violencia a la que son sometidas a diario pero también, en opinión de su creadora, "para crear una nueva memoria colectiva". Ella entiende que esa memoria conjunta de una sociedad "se construye a base de testimonios". Por eso, diez mujeres de distintos ámbitos de la sociedad ovetense leyeron ayer en el Campoamor algunos de los tuits que ha sumado el movimiento de Fallarás.

No fueron estas mujeres las únicas que reivindicaron ayer un papel más relevante en la sociedad. A las once y media de la mañana lo hicieron las deportistas, concretamente las jugadoras de fútbol del Femiastur y del Gijón Club de Fútbol femenino. Coincidiendo con una proposición de Podemos en la Junta General del Principado en defensa de que los medios públicos dediquen el mismo tiempo al deporte femenino que al masculino que fue aprobada por unanimidad, las jugadoras jugaron un partido de fútbol a las puertas del Parlamento regional.