El presidente del Principado, Javier Fernández, será operado mañana lunes de un desprendimiento de retina en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. El problema ocular le fue diagnosticado anteayer viernes en la clínica privada ovetense, adonde acudió después de sentir molestias al final de la mañana, después de responder a una serie de preguntas en la sesión de control de la Junta General del Principado.

Sobre el papel, este contratiempo de salud obligará a Javier Fernández a estar ausente de sus obligaciones entre diez y quince días. En la primera parte de este periodo deberá observar una estricta limitación de la movilidad. Será el consejero de Presidencia y Participación Ciudadana, Guillermo Martínez, quien sustituya al jefe del Ejecutivo durante su convalecencia. Por esta razón, el Gobierno regional ha anulado un encuentro previsto para mañana lunes entre el Presidente asturiano y el gallego, Alberto Núñez Feijóo, en Vegadeo.

Si todo rueda según lo previsto, el líder del Ejecutivo será operado por Álvaro Fernández-Vega Sanz, director de la unidad de Retina y Vítreo del Instituto Oftalmológico. Estará acompañado de Luis Fernández-Vega Sanz, director médico del centro sanitario y jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

La retina es una parte del ojo cuya función consiste en transformar en impulsos nerviosos las imágenes que inciden sobre ella y enviarlas al cerebro a través del nervio óptico. Esta fina capa de tejido nervioso recubre todo el interior del globo ocular y está adherida a otro tejido, conocido como epitelio pigmentario.

El desprendimiento de retina se produce precisamente cuando ésta, aunque sólo sea en una pequeña zona de toda su extensión, se separa del tejido que le sirve de soporte, lo que hace que el área afectada deje de funcionar y pueda incluso romperse. Si no se trata rápidamente el problema el daño sufrido por la retina puede ser irreversible e incluso causar la ceguera. En el caso de Javier Fernández, todo hace pensar que la lesión ha sido detectada con celeridad, y se confía en una recuperación sin apenas secuelas.

Las causas por las que puede producirse un desprendimiento de retina son muy distintas. Habitualmente existe una predisposición personal o familiar a tener una retina débil. Otra posible causa es la miopía magna. En personas sanas, sin embargo, puede suceder como consecuencia de un traumatismo directo sobre el globo ocular. También cabe la posibilidad que sea una complicación propia de otras enfermedades oculares en las que se produzca inflamación y hemorragias internas.