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La miel deberá especificar en el envase el país de origen, como piden los apicultores

Las presiones del sector logran que el Ministerio acepte exigir una identificación exhaustiva del producto para luchar contra el fraude

La miel deberá especificar en el envase el país de origen, como piden los apicultores

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ultima la actualización de la norma de calidad de la miel, que por fin obligará a identificar los países de origen del producto, haciendo caso a una reivindicación planteada por los apicultores.

Las cooperativas agroalimentarias de España, entidades especialmente beligerantes en pedir la exhaustiva identificación del producto, señalan que la nueva propuesta es un paso adelante y responde a la petición del sector de poner en marcha un etiquetado realmente claro y útil para los consumidores.

La norma de calidad que estrenará la miel española, y entre ella la asturiana, pondrá en el etiquetado la relación de países de origen en sentido descendente, así como el porcentaje de miel que aporta cada uno de ellos. De este modo se pretende evitar que legalmente terceros estados se aprovechen de la buena fama de la miel española, que se produce bajo los escrupulosos preceptos de calidad que establece el llamado Modelo Europeo.

Para las cooperativas, "la nueva propuesta de normativa coloca a España en la vanguardia europea y mundial en el etiquetado de origen de la miel, ya que aunque otros países europeos han desarrollado normativas ninguno lo ha hecho de forma tan clara y útil para los consumidores".

España es actualmente el principal productor de miel de la Unión Europea, con unos 30.000 apicultores profesionales y casi tres millones de colmenas. Esa es una de las razones por las que el sector apícola siempre ha estimado necesario posicionar al país como líder de transparencia en todas las cuestiones relativas a la información que se da a los ciudadanos sobre el origen de la miel que se vende en los establecimientos.

La competencia china

La miel que llega de China en altas cantidades, pero sin la misma calidad que la española, es el gran caballo de batalla para la apicultura asturiana y del resto de España, que sufren desde hace años una competencia desleal, que además también atenta contra los intereses del consumidor.

La legislación china permite el uso de productos fitosanitarios y antibióticos prohibidos en la UE, lo que motivó que durante los años 2002, 2003 y 2004 las importaciones de miel del país asiático estuviesen prohibidas en la UE por contener residuos de antibióticos. Producir un kilo de miel en Europa con la calidad, seguridad alimentaria y sanidad que exige la normativa comunitaria tiene un coste entre los 2,29 y 6,5 euros por kilo. El kilo de miel China ronda el euro y medio. Desde 2007 las importaciones de miel china se han multiplicando por 5 y se acercan a las 20.000 toneladas anuales.

Las organizaciones agrarias llevan años denunciando la falta de transparencia que ha posibilitado la aplicación de la directiva de la miel en España, que permite a los operadores etiquetar mieles de fuera de la UE como "mezcla de mieles UE-no UE", sin concretar los países en los que fueron recolectadas, o etiquetar como "mezcla de mieles no UE", sin indicar si la miel procede de China o de otro país.

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