Las mujeres han logrado muchas conquistas y avances en las últimas décadas, pero aún queda mucho por hacer para romper el llamado "techo de cristal", que marca la gran diferencia laboral con los hombres a la hora de acceder a puestos de responsabilidad.

Así lo pusieron ayer de manifiesto las cinco profesionales reunidas en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, que participaron en una mesa redonda con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer.

Sigrid Pulgar, minera prejubilada del pozo Santiago de Hunosa; Susana Delgado, investigadora del Instituto de Productos Lácteos de Asturias; Sara Chordá, violonchelista coprincipal de la Orquesta Oviedo Filarmonía; Raquel Pérez Asensio, de sólo 23 años, operaria de maquinaria pesada en la estación invernal de Fuentes de Invierno, y Belén Fernández, vocal de la Federación de Mujeres Empresarias FEDA, que actuó como moderadora, coincidieron en reivindicar un trato igualitario con los varones a la hora de acceder a puestos de trabajo. "En la mina nunca me sentí discriminada, pero es verdad que ellos ascendían más rápido porque podían optar a puestos de mayor riesgo", indicó la lenense, hija de un minero que perdió la vida en el pozo Polio. "Hay una brecha de género en los altos cargos, pero en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se viene trabajando mucho en ello", indicó Susana Delgado, que ha sido merecedora del premio "Hipócrates". Delgado destacó que el CSIC celebra 80 años presidido por una mujer, la asturiana Rosa Menéndez, "algo que marca una diferencia notable", señaló.

En su ámbito las mujeres en puestos directivos solo son un 25%. "En mi caso el parón coincidió con la maternidad, que supone un doble esfuerzo, las mujeres somos el eslabón más débil", recalcó Delgado, que también abogó por elaborar planes de igualdad y fomentar las vocaciones científicas en las niñas. "Los cambios son lentos, pero se van viendo. No se trata de beneficiar a las mujeres, sino de que a igual capacidades y formación tengan las mismas oportunidades; hay que evitar sentirse en minoría".

A la reserva por ser mujer

Raquel Pérez Asensio, operaria de maquinaria pesada en la estación Invernal de Fuentes de Invierno, conmovió al público con el testimonio de su experiencia para formarse en la conducción de vehículos pesados, su gran objetivo. "Estuve en Alemania viendo máquinas para hacer un curso y me dejaron en la reserva por ser mujer", denunció. "Vivo en un mundo de hombres y a veces me miran raro; creo que podemos hacer el mismo trabajo que ellos. En mi empresa somos cuatro mujeres y no me parece igualitario", resaltó.

Sara Chordá Sanz, barcelonesa, empezó a estudiar música a los 4 años y después de hacer la carrera en Barcelona se marchó a hacer un máster en Alemania. "A medida que avanzaba en el mundo profesional la diferencia era abismal; ellos ganaban por goleada. En la orquesta solo hay tres mujeres de principal, por hablar de las pocas directoras y compositoras que llegan a triunfar", remarcó.

Belén Fernández concluyó que, aunque muchas veces las mujeres dicen no sentirse discriminadas, "creo que está claro que sí existe esa marginación en muchos aspectos; romper el techo de cristal es complicado, pero vamos a hacerlo y nadie nos va a parar en esta dura tarea", aseguró.