En Asturias hay más mujeres, están mejor formadas y tienen menos empleo que los hombres. La radiografía estadística rápida explica la superioridad numérica femenina por la ventaja en esperanza de vida respecto a los varones. La combinación de los otros dos datos tiene tras de sí motivos menos favorables para ellas.
Más. Las mujeres son el 52,3 por ciento de la población asturiana, aunque su número rebasa al de hombres a partir de las edades más altas de la pirámide. La ventaja femenina empieza en Asturias antes que en el conjunto de España, y si en el promedio nacional ellas empiezan a superarlos a ellos en la franja de 50 a 54 años, en Asturias los adelantan en el grupo de 45 a 49. Más arriba, hay 140 mujeres por cada cien hombres mayores de 65 años y la relación sube a 223 a partir de los 85 años. Todo porque las mujeres asturianas viven de media 85,5 y los hombres, 79,4, aunque el indicador estadístico de años vividos en situación de "buena salud" es de 60,7 en la población femenina y de 62,4 entre la masculina.
Mejor formadas. Dice la recopilación de datos, patrocinada por el Instituto Asturiano de la Mujer y la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei) para resaltar la celebración del 8-M, que las mujeres asturianas también superan por su nivel formativo a sus paisanos hombres y al conjunto de la población femenina en España. El 43,2 por ciento de las que están en edad productiva, de 24 a 64 años, ha terminado estudios superiores; el porcentaje de los hombres no llega al cuarenta y la formación masculina sólo es superior en la franja de mayores de 55. Más de la mitad del alumnado de grado en la Universidad de Oviedo (el 54,4 por ciento) son mujeres y llegan a tres de cada cuatro en las especialidades de ciencias de la salud y a seis de cada diez en las ramas de ciencias sociales y humanidades.
Peor empleadas. Las malas noticias empiezan al llegar al mercado laboral, donde pese al descenso reciente seis de cada diez mujeres mayores de 16 años están en situación de inactividad, un índice monopolizado por el promedio, una de cada tres, que se dedica a las "labores del hogar". La tasa de desempleo femenino ronda el quince por ciento, frente al 12,3 de los varones, y entre las ocupadas, tres de cada cuatro no pasan de "empleadas". Hay trescientas mujeres catalogadas como "directoras de grandes o medianas empresas", un 0,2 por ciento de una categoría donde son hombres ocho de cada diez.
