Desde su llegada a la presidencia del judo asturiano, José Ramón Díaz Maseda se fijó como claves de gestión la formación, la base, la plena integración de la mujer y el relevo generacional en la junta directiva y el tatami. La tradición como deporte olímpico ayuda a concienciar sobre la idoneidad del judo.

- ¿Contento con la situación actual?

-Sí. La cantera no deja de crecer y darnos alegrías. Ariane Toro, campeona de España junior; Elisa Fernández, bronce y 15 medallas en el sector. Tenemos muchos judokas en las selecciones nacionales. Somos punteros, solo por detrás de potencias como Madrid, Valencia y País Vasco, con muchos menos recursos. Falta el paso al absoluto, donde estamos metiendo recursos de formación para apoyar ese salto. Siempre hubo una fuga de talento o cese de actividad en el paso a la Universidad. Nunca fue sencillo compaginar judo exigente con estudios. Por ello, organizamos el Campeonato de España universitario en el campus de Mieres. Brillamos en lo deportivo, pero además se consiguió sacar adelante, en colaboración con la Universidad, un reglamento en virtud del cual los judokas podrán obtener días para acudir a los campeonatos nacionales e internacionales.

- La formación continua de maestros fue otra de sus líneas de actuación desde el principio?

-Estamos incidiendo en los cursos de titulación. Seguimos ayudando a los profesores a formarse. Además del cinturón negro, han de superar catorce asignaturas impartidas por especialistas en cada materia. Hay que mimar al extremo en manos de quién pondremos a los judokas de la base.

- Porque una cosa es la cantera y otra la base?

-Se complementan, pero sin base no hay cantera, y la pirámide del judo presenta la forma correcta. Estamos fomentando competiciones para detectar talentos y ayudarles. Además, el judo, ahora que tanto se habla de la inclusión, fue de los primeros deportes que igualó a niños y niñas. No hay diferencia alguna en las clases. Si hay base, habrá buena cantera. Ochocientas niñas garantizan que es un arte marcial abierto a todo.

- ¿Se ha cumplido el relevo generacional que demandaba?

-El cambio es paulatino. Tampoco se trata de descabezar la junta directiva, de dejarla sin personas con trayectoria y experiencia. Sí de ir introduciendo personas con ganas de trabajar, preparadas y con ideas actuales. En el tatami igual, los grandes maestros están dando paso a jóvenes valores, incluido en las katas, donde fuimos potencia continental. Lo mismo se puede aplicar al arbitraje.

- ¿Hay plena inclusión de la mujer en el judo?

-El judo asturiano fue pionero en la creación del departamento Judo y Mujer. Está formado por maestras y judokas asturianas que ya han organizado encuentros con iconos de nuestro deporte como Isabel Fernández, Esther San Miguel y Sara Álvarez, con varios títulos olímpicos, mundiales y europeos.

- ¿Se apoya a los deportes asociados?

-Se hace, y la confianza es devuelta en forma de medallas internacionales y un gran prestigio por parte del wushu y tai chi. En kendo, además, Desirée Cascales es garantía de éxito en el Campeonato de España. Son ejemplo de perseverancia y éxito.