La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La presidenta del PP, dispuesta a pelear, rechazó un pacto planteado por Maroto

La dirección nacional, que elude hablar de intervenir el partido en Asturias, ofreció a la gijonesa ir al Senado si abandonaba la presidencia

La presidenta del PP, dispuesta a pelear, rechazó un pacto planteado por Maroto

Y el "gestorazo" volvió a planear sobre el PP asturiano. Si cabe con más fuerza: ayer todos en el partido daban por hecho que desde Madrid iba a llegar, ahora sí, una intervención para apartar a Mercedes Fernández e implantar una gestora. El runrún ya sonó cuando Génova envió a la sede de la calle Manuel Pedregal a dos fontaneros en enero, uno de ellos conocido en el mundillo como "doctor gestoras". Pero ayer ya se daba por seguro tras el caso de amenazas que salpica a Luis Venta, mano derecha de Fernández.

Sin embargo, fuentes de la dirección nacional aclararon a última hora de ayer que el "gestorazo" no estaba sobre la mesa: el Comité de Derechos y Garantías sólo valoró la suspensión cautelar de Venta. Ayer puede que no se valorase pero, visto lo visto, no parece descabellado que la sombra que planea sobre la ejecutiva "cherinista" se convierta en realidad a corto plazo, máxime si Mercedes Fernández y los suyos no pliegan velas.

Y lejos de plegarlas, la presidenta del PP asturiano las ha abierto más. Cuanto más fuerte sopla el viento desde Génova, más extiende su velaje. Mercedes Fernández sólo ha mostrado por ahora que no está dispuesta a ceder en el pulso. Y prueba de ello es lo ocurrido a finales de la pasada semana. El teléfono de Mercedes Fernández sonó. Al otro lado, su azote desde Génova, el brazo ejecutor que organizó el desembarco del "malladismo" en el patido. Lo de Javier Maroto, vicesecretario de Organización, y Mercedes Fernández es un amor imposible, salvo que se aplique eso de "amores reñidos..."

Maroto -al que día sí y día también le llegan quejas de Mallada y los suyos por la falta de apoyo de la ejecutiva de Mercedes Fernández en la campaña- tenía una propuesta para la presidenta del PP, la oferta de un pacto: sería candidata al Senado número 1 por Asturias si renunciaba a la presidencia del partido, dejando vía libre al "malladismo" para manejarlo por completo.

A la veterana política gijonesa no le sentó nada bien, se lo tomó como un chantaje y rechazó el ofrecimiento sin rodeos. No quiere un "retiro dorado" a costa de asumir una total derrota. Lejos de eso, está dispuesta a morir matando, si hace falta.

Y así anda el PP asturiano. Con dos elecciones seguidas a la vuelta de la esquina, más que gaviotas volando en armónica bandada por los concejos asturianos parecen gallos de pelea en el corral de Manuel Pedregal. El "gaviotero" está revuelto y las cloacas del partido ya han vertido al exterior en forma de carta anónima.

Compartir el artículo

stats