Adrián Beovides, el único niño que reside en el municipio de Yernes y Tameza, lo tiene claro: no necesita a nadie de su edad en el pueblo porque "toy muy a gusto solo, sin que nadie me toque los cojones". Con esta frase se ha metido en el bolsillo a muchos de los espectadores del programa de televisión "La Sexta columna" en el que intervino en un reportaje sobre "Viejennials".

En Yernes y Tameza no nacen niños desde 2005 y el municipio con menos natalidad de Asturias. Aunque al último niño del pueblo, esta circunstancia no parece importarle.

El Oriente asturiano concentra los municipios con las tasas de natalidad menos negativas

También la deprimida demografía de la región más envejecida y con la crisis de natalidad más profunda de España tiene sus peculiaridades geográficas. No hay brotes verdes ni concejos-oasis que se resistan a la caída, pero tampoco es toda Asturias igual. La estadística da alguna tregua, mínima, cuando la lupa se aproxima a la escala municipal y dentro del desastre generalizado se descubre que la natalidad es menos mala al Oriente, o que se pierde irremisiblemente el occidente interior y que la penuria se ceba con el débil, que son cada vez más pequeñas las poblaciones de los concejos más menguados de la Asturias rural.

Según la actualización más reciente de las cifras de movimiento natural de la población por concejos, renovada con datos de 2017 y recién divulgada por Sadei, en el último recuento sólo hay un concejo con más nacimientos que muertes: Caravia. Circunstancialmente, el pequeño municipio del litoral oriental registró en 2017 cuatro alumbramientos y dos defunciones para un exiguo crecimiento de dos habitantes por razones vegetativas.