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"La sidra identifica a todos los asturianos", dicen los dos lagareros del Occidente

Pepe Solleiro y María Alvarina Díez, únicos productores en Taramundi y Tineo, han logrado hacerse hueco en una zona con manzana de calidad

Pepe Lorido, "Solleiro", junto a cajas de sidra que produce en su lagar de Taramundi. T. CASCUDO

La sidra también tiene su hueco, pequeño pero lo tiene, en la esquina occidental de Asturias, la más alejada de las pomaradas del Centro y del Oriente que nutren la elaboración de una bebida todo un símbolo del Principado. En el Occidente operan a día de hoy dos firmas: Solleiro, en Taramundi, y La Llarada, en Tineo. Ambas apoyan como embajadores de sus respectivos concejos la candidatura para que la cultura sidrera de Asturias se convierta en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

"Es una cosa que nos identifica a todos los asturianos y es bueno para el sector", precisa el taramundés Pepe Lorido, más conocido por "Solleiro", el nombre del lagar que regenta en Taramundi desde 1994 y que fue pionero en el ala oeste de Asturias. Cuenta que empezó a hacer sidra cuando el despegue turístico del concejo y que, aunque al principio era para consumo de casa, decidió dar el paso y empezar a comercializarla.

Vivió unos años de expansión y crecimiento, paralelos al aumento del consumo sidrero en la comarca occidental, pero ahora reconoce que la situación se ha estancado: "Me mantengo". El mercado de la sidra en el Occidente "es muy limitado", pues tradicionalmente es una zona donde se apuesta más por el vino o la cerveza, pero se muestra dispuesto a "seguir luchando" por defender un producto de gran calidad.

De su lagar taramundés salen anualmente 12.000 cajas. La mayor parte están envasadas bajo el sello de Solleiro, pero desde el año pasado tiene una segunda marca bajo la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias. La bautizó Llagar de Pin, el año pasado hizo un depósito y éste ya ha subido a tres. "En un futuro pretendo fabricar solo con la denominación de origen, por calidad, precio y por defender los productos de aquí", añade. En Taramundi cuenta con una finca de cinco hectáreas con veinticuatro variedades de manzana.

Su sidra se caracteriza por un sabor "más suave" que el resto de marcas y confiesa que su reto es "intentar que cada año sea mejor, aunque el problema de la sidra es que es una bebida un poco caprichosa". Es fácil encontrarla en los restaurantes de la comarca occidental, pero también abastece a algunos negocios de concejos del Centro como Gijón, Oviedo o Pravia. No obstante, donde más vende es en Taramundi y en Tapia.

A Solleiro le apasiona el negocio, desde el trabajo a pie de campo hasta la comercialización. De hecho, se ocupa personalmente de todas las fases de elaboración, aunque, en momentos puntuales de más trabajo, contrata hasta tres empleados. "En general me gusta todo, no es un trabajo monótono", precisa. Aunque aún le queda tiempo para pensar en la jubilación tiene ilusión por que su hija María se haga con el negocio y le ayude a potenciar el lagar como un recurso turístico del concejo. "Tiene 23 años y ella dice que quiere seguir. De momento está estudiando y claro que me gustaría, pero quiero que lo tenga claro", apunta "Solleiro".

María Alvarina Diez, administradora del único llagar del suroccidente de Asturias La Llarada, en Tineo, defiende las características de la cultura sidrera regional y por la que merece ser reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad: "Producir sidra se hace en muchos sitios del mundo, pero la forma que tenemos de ofrecerla al público escanciándola solo pasa aquí". La Llarada es el embajador tinetense de la candidatura junto al Ayuntamiento, y asegura que a pesar de no estar en un territorio muy consumidor de sidra el apoyo es notable. "El día de la presentación juntamos a 200 personas en la plaza del Ayuntamiento sin apenas darle publicidad", explica.

Tineo, como el resto del Suroccidente, no es una tierra con cultura sidrera fuertemente arraigada como en otras zonas de Asturias, pero sí hay producción de manzana y en muchas casas, a nivel particular, se elaboraba y se sigue elaborando sidra. El llagar tinetense comenzó su andadura en 1997 como una ampliación del negocio familiar de embotellado de vino que había sido fundado en 1895.

Su administradora reconoce que en los inicios del llagar sorprendía que estuviesen ubicados en Tineo, pero explica que de la zona del Suroccidente se sacaban y aún se compran toneladas de manzana. "Hay plantaciones de hasta 100 toneladas de manzana aquí y también en Allande y Cangas del Narcea", señala.

En la actualidad La Llarada produce 350.000 litros de sidra que vende principalmente en Asturias, en la zona centro, aunque también la llevan a fuera de la región, como Madrid, Ibiza, Valencia o Barcelona.

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