En el manifiesto difundido por Brenton Tarrant, el terrorista que cometió la matanza de Christchurch, asegura haber estado viajando por Europa Occidental, sobre todo Francia, España, Portugal y otros países. Quizá estos viajes tengan conexión con su conocimiento de personajes históricos como Pelayo o Carlos Martel, ligados a las batallas de Covadonga o Poitiers, previniendo la entrada de los musulmanes en Asturias y Francia.

En el manifiesto, asegura que su actitud frente a los ataques yihadistas cambió tras el asesinato de la sueca Ebba Akerlud, una niña sorda de once años destrozada en una calle de Estocolmo al ser arrollada por un yihadista a bordo de un camión. Tarrant asegura que, tras ese asesinato, decidió romper su "cinismo cansado" ("jaded cynism") y atacar a los musulmanes.