Asturias es, después de Galicia, la comunidad autónoma que ha sufrido un descenso más acuciado (un 12%) respecto a la oferta de grados universitarios de los últimos años.

Estos han sufrido diversas modificaciones a raíz de los planes educativos que se han implantado a lo largo de los años. Desde el plan Bolonia de ordenación y espacio universitario europeo llevado a cabo en 2007, la oferta de estos ha aumentado en un 13% en España. El Observatorio del Sistema Universitario se encarga de estudiar esta situación, tomando como base los datos ofrecidos por el Ministerio de Educación y Ciencia y por el Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Un estudio llevado a cabo en el curso 2017 - 2018 confirma que en España se presentaron un total de 2.854 grados universitarios, de los cuales el 75% fue impartido en universidades públicas y el 25% en centros privados. El número de grados aumentó significativamente en algunas comunidades autónomas, según revela el informe: La Rioja (48%), Madrid (47%), Cataluña (30%), Navarra (28%) y Cantabria (26%). Los títulos ofertados en las universidades del Principado, por el contrario, han disminuido un 12%.

Una de las anomalías que se han dado a conocer tras llevar a cabo este estudio, según Corominas, catedrático emérito de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), es que los 700 doble grados que ofrecieron las universidades españolas “no permiten profundizar en los conocimientos”. De este total, la Universidad de Oviedo oferta el Doble Grado en Matemáticas y Física, Doble Grado en Administración y Dirección de Empresas y Derecho, y el Doble Grado en Ingeniería Civil e Ingeniería de los Recursos Mineros y Energéticos. El área más concurrida con ofertas dentro de la Universidad de Oviedo sigue siendo la de Ingeniería y arquitectura, y Ciencias sociales y jurídicas.

También se han criticado, por otro lado, los grados propios que se ofrecen en las universidades, ya que “contribuyen a confundir aún más”. Corominas ha recomendado su “supresión”, aconsejando revisar los objetivos de formación generalista y capacitación profesional. Otra de las recomendaciones que se pusieron sobre la mesa es la aclaración de la relación entre la formación profesional y la universitaria, sugiriendo que “quizás algunos grados universitarios podrían pasar a la FP”.