Tres años de prisión, cinco de alejamiento a más de 500 metros y la retirada de la patria potestad durante ese tiempo es la condena a la que ha quedado reducida la pena para el hombre que roció con gasolina a su esposa mientras sostenía un mechero en la mano y la amenazaba delante de sus hijos, que entonces tenían 5 y 6 años, en su domicilio de Villaviciosa. El hombre lleva casi dos años en prisión provisional, por lo que en sólo unos meses podrá solicitar permisos penitenciarios y en un año podría salir de la cárcel.

El hombre declaró ante el tribunal que no tuvo intención de matar a su mujer. La Fiscalía, que había solicitado inicialmente seis años y medio de prisión, modificó su solicitud de condena al entender que el acusado no tuvo intención de matar a su mujer ya que en ningún momento encendió el mechero para prenderle fuego. La calificación, por tanto, varió de un intento de homicidio a un delito de amenazas graves, aunque mantuvo el de violencia de género habitual.

Esta variación provocó que se llegara a un acuerdo entre el Ministerio Público, la defensa y la acusación particular, que reclamó la retirada de la patria potestad durante cinco años porque sus hijos "no quieren ni verlo", aseguró Bibiana de la Puente, letrada de la víctima. El próximo mes de mayo se resolverá el divorcio de la pareja, donde se reclama la retirada vitalicia de la patria potestad.

"Lo que ha pasado es el resultado de un tecnicismo jurídico penal. Estamos personados en la ejecutoria penal, por lo que se nos tiene que comunicar cualquier solicitud de permiso penitenciario. Al ser un caso de violencia de género, nos podemos oponer. Y también se va a solicitar para la víctima la pulsera de localización, para asegurar su integridad", señaló Bibiana de la Puente.

La víctima sufrió ayer una crisis de ansiedad en la Audiencia Provincial. Primero, al conocer el cambio de calificación de la Fiscalía y la reducción de la condena. Y después porque debido a un error se encontró con su agresor y padre de sus hijos en los pasillos del edificio judicial al finalizar la vista oral. "Ella vive aterrorizada", explicó su abogada.

Los hechos ocurrieron en agosto de 2017, y no fue ella quién los denunció, sino que al día siguiente el hijo más pequeño se lo contó a su abuelo, que le preguntó al mayor, quien le dijo a su hermano "no te chives, que nos quitan a mamá", relató la abogada, quien añadió que esa era una de las amenazas con las que su padre conseguía que los niños no contaran lo que ocurría en casa. Los malos tratos eran habituales, pero la víctima o no denunciaba por miedo o si lo hacía, luego la retiraba. Pero en esta ocasión fue su padre el que, al enterarse por los niños de lo que había ocurrido, llevó a su hija al cuartel de la Guardia Civil para denunciar.

El ahora condenado, que tiene antecedentes por malos tratos a otra pareja anterior, está en el Centro Penitenciario de Asturias desde que fue detenido en agosto de 2017.