Diez años de prisión por dos atracos a mano armada en sendas sucursales ovetenses de una entidad financiera es la pena que solicita la Fiscalía para Miguel Ángel Á. R., conocido como "el Solitario" asturiano, con numerosos antecedentes. En el primero de ellos utilizó un cuchillo jamonero y en el segundo un cuchillo grande de cocina para atemorizar a los empleados a las oficinas bancarias. Mañana se sentará en el banquillo en el Juzgado de lo Penal 2 de Oviedo.

El Ministerio Fiscal relata en su escrito de acusación provisional que el primero de los atracos se produjo sobre las 13.58 horas del día 20 de octubre de 2016, cuando "el Solitario" asturiano se dirigió a la sucursal de la Caja Rural de la calle Fray Ceferino de Oviedo y, tras colocarse una boina tipo militar, se acercó al mostrador. A continuación sacó del interior de su chaqueta un cuchillo tipo jamonero y lo esgrimió amenazando a la empleada.

"Esto no es una broma, quiero 12.000 euros en tres minutos, no quiero ni un duro más, hay un coche esperándome en la rotonda, me he quedado sin trabajo y han puesto ese precio a mi vida, quiero 10.000 euros por un lado y 2.000 euros por otro", dijo según el Fiscal. Las empleadas, ante el temor de sufrir un mal mayor, le entregaron el dinero en una bolsa de plástico de un supermercado que llevaba el acusado, que se dio inmediatamente a la fuga.

El siguiente atraco lo realizó supuestamente sobre las 8.26 horas del 7 de diciembre de 2016, cuando el ahora acusado se dirigió a la sucursal de la Caja Rural de la calle Tito Bustillo de Oviedo, se situó detrás de un cliente y sacó de una bolsa de plástico que llevaba un cuchillo de cocina de grandes dimensiones. A continuación se colocó delante del mostrador esgrimiendolo y exigió a las empleadas que le entregasen dinero en billetes grandes, repitiéndo que al salir de su domicilio le estaban esperando, que le apuntaron con una pistola y le metieron en un coche, le llevaron a la fuerza hasta el banco y le obligaron a entrar porque tenía una deuda económica con esas personas de 3.000 euros y que le estaba esperando un coche fuera de la entidad.

El procesado les explicó que él ni siquiera conocía Oviedo y que estuvieran tranquilas, pues solo quería el dinero y no les iba a hacer daño. según el relato del Ministerio Público, también les dijo que por su situación le daba igual que le "pegase un tiro la Policía o los que le estaban esperando fuera". Las empleadas, ante el temor de sufrir algún daño, le entregaron 13.415 euros, que introdujeron en la bolsa del acusado, que se dio a la fuga.

La Fiscalía considera que los hechos relatados son constitutivos de dos delitos de robo con intimidación con la concurrencia de la circunstancia agravante de reincidencia y solicita que se condene al acusado a 10 años de prisión (5 años por cada delito), abono de costas y, en concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal pide que el acusado indemnice a Caja Rural con 6.000 euros y a la compañía de seguros, con 19.415 euros, que se corresponden con la cantidad que había abonado a la entidad bancaria.