Matar lobos debe ser el último recurso de la Administración para hacer frente a los daños que provoque la especie. Es una especie protegida por la directiva de Hábitats de la Unión Europea (UE), su recuperación contribuye a la protección de la naturaleza y solo se debe eliminar a los ejemplares problemáticos. Es el resumen del mensaje que han enviado a todos los estados miembros dos comisarios europeos, el de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella, y el de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA.
En la carta, dirigida a los ministros europeos de Agricultura y Medio Ambiente, Vella y Hogan afean a algunos países miembros que hayan tirado por el camino cómodo, utilizando ante cualquier presión el "control letal". Admiten que eliminar lobos es una "herramienta disponible a utilizar", pero advierten que debe utilizarse "dentro del objetivo general de asegurar el estado de conservación favorable de las poblaciones de lobos" y que "no debe ser perjudicial para "la conservación" de la especie.
"El control letal no debe ser un sustituto de un sistema integral de medidas para alcanzar un estado de conservación favorable (del lobo). Más bien es una alternativa a considerar en los casos de animales problemáticos para los que la prevención ha demostrado ser ineficaz", señalan los comisarios, que aseguran ser "plenamente conscientes" del "reto que el retorno del lobo plantea, en especial en aquellas zonas donde había estado ausente durante muchas décadas y en las zonas rurales con la ganadería extensiva".
Vella y Hogan admiten que la población del lobo se ha recuperado en los últimos años y que la especie ha recolonizado varias áreas de Europa. "El logro de la convivencia con los grandes carnívoros en la UE es nuestro objetivo común, que es totalmente compatible con la política de conservación de la naturaleza de la UE", destacan.
