"Ha sido una experiencia única, todo esto es nuevo para mí". Samia (Cynthia Zebaze, de nacimiento), la soprano camerunesa que llegó a España en patera y que, tras afincarse en Asturias, encandiló al público de la región con su hermosa voz, se ha colado entre los finalistas del concurso televisivo "Got Talent", de Telecinco. Un reto ante el que la cantante ha salido casi invicta cuando el pasado enero se conocía su participación en el "talent show". "Estoy muy sorprendida, me siento como en una nube, estoy feliz", balbucea al teléfono, con humildad, como si no quisiera reconocer su éxito. "Solo quiero aprovechar este momento, disfrutarlo y luego seguir con mi vida normal, ojalá que pueda...", explica mientras continúa recibiendo felicitaciones.
El apoyo del público asturiano ha sido crucial para su salto a la final, reconoce. Por el mecanismo de votación del concurso, a través de mensajes de móvil o llamadas, quien se convierte en el favorito del público pasa directamente a la final sin tener que depender del dictamen del jurado. Y Samia ha logrado dar ese salto pasando todas las rondas que le permiten ahora seguir soñando con el triunfo. "Si gano se lo dedicaré a mi hija, a mis padres y a toda la gente que me ha ayudado a llegar a España", anuncia.
Cynthia Zebaze, nombre real de Samia, lleva tras de sí una increíble historia de superación con final feliz. Llegó a España por mar y embarazada, desde Yaundé, capital de Camerún, hasta la costa marroquí, pagando a mafias para cruzar media docena de fronteras africanas. Salió en 2010 de su ciudad natal. Casi un año después, estaba en territorio europeo. ¿El momento más crítico? Las seis horas que tuvo que pasar, con su hija en el vientre, en plena madrugada, en una patera con otras diez personas, donde ella era la única mujer. Pagaron unos 1.500 euros por esa lancha hinchable, sin motor en la que todos habían fijado sus esperanzas. Y nada más cruzar la línea y entrar en aguas españolas, la Guardia Civil les interceptó: "Estábamos tiritando de frío, pero contentísimos: por fin llegamos a Europa", recuerda.
Su primera parada fue en el centro de inmigrantes de Ceuta, donde transcurrió la recta final de su embarazo. Pidieron asilo y se lo concedieron. Les derivaron a Asturias, donde fueron acogidos por Accem. Además de meta laboral, Asturias ha sido también el lugar de nacimiento de su hija, Ángela. Samia acabó por dar a luz en Oviedo. Su compañero de viaje, y padre de Ángela, puso rumbo a Francia. Y, de nuevo, ella se quedó sola con su bebé. Entonces madre e hija se trasladaron a Gijón, donde encontró en el barrio de La Guía el mayor de sus apoyos: la Casa de Acogida Nuestra Señora de los Desamparados. Ahí halló el respaldo necesario para hacerse un hueco en el mundo del canto. Pudo, incluso, participar en un casting de "La Voz". A sus 37 años, la joven camerunesa que solo piensa "en disfrutar esta etapa y pasarlo bien", más allá del éxito televisivo, se prepara ahora, como ella misma explica, para la que será su actuación "más espectacular", la de la final de "Got Talent". Aún no sabe qué tema elegirá, pero tiene claras las claves: "Tengo que buscar algo que encaje y poner lo mejor de mí misma".
Con su voz ha encandilado en bodas y todo tipo de actos sociales en Asturias. Y ahora también lo ha logrado en el "talent show" televisivo. En su vida cotidiana trabaja como empleada del hogar porque pudo arreglar los papeles con un contrato de trabajo, aunque su pasión siempre ha sido el canto, como ella misma confiesa.
Todos los jurados de "Got Talent" alabaron su magnífica voz, hasta el propio Risto Mejide, quien pesar de resaltar algún fallo técnico debido a "su voz sin educar", le agradeció enormemente su aportación. Paz Padilla aprovechó para hacer una crítica contra el racismo. Y Samia volvió a brillar.
