El director del instituto Astures de Lugones, Mario Prendes, ha advertido a las familias de que expulsará a los alumnos que tengan señales de haber participado en alguno de los juegos virales que están en boga en todo el mundo y que implican siempre lesiones o autolesiones. Prendes hizo esta advertencia a las familias, a la vez que un llamamiento al control sobre los alumnos, después de comprobar la semana pasada que varios de ellos mostraban signos de haber participado en estos juegos que se extienden entre niños y adolescentes con distintos grados de crueldad y que en todos los casos son perjudiciales o incluso peligrosos para quienes los practican.

Un juego que se ha constatado, y cuya práctica ya había sido descubierta en un centro educativo de Mieres en 2017, es el llamado "Abecedario del diablo". La práctica consiste en que el niño o adolescente vaya diciendo palabras que empiecen por cada una de las letras del abecedario mientras otro le rasca el dorso de la mano, normalmente con la uña. En este caso, el peligro viene siempre, más que del daño producido, que no es poco, del riesgo de infección que conlleva.

Otro juego más peligroso es el "cutting", y aquí la práctica se lleva a cabo con la mediación de las redes sociales. Los jóvenes se infligen daños con un objeto cortante, ya sea un cuchillo, una navaja o un cúter, en diversas partes del cuerpo y van superando retos que cuelgan en algunas de sus redes sociales para que las vean sus amigos y compañeros.

El presidente de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), Raúl Díaz, se mostró satisfecho con las medidas que ha decidido tomar el director. "Que te aparezca tu hijo con estas heridas y creas que no es nada, que se ha estado rascando, cuando es un juego que trae consecuencias, eso hay que frenarlo", sostuvo.

Un problema con estos juegos está en que en muchos casos implican una situación de acoso escolar. Aunque hay jóvenes que los practican por voluntad propia para mostrar su audacia ante los demás, otros muchos se sienten forzados a realizarlos por la presión de sus compañeros, y algunos lo practican a edades muy tempranas, de ahí la necesidad de frenarlos.,