"Nos presionan para publicar y al final nuestras buenas ideas las acaban desarrollando otros países". Esta fue una de las reflexiones que hicieron ayer profesionales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con motivo del primer encuentro celebrado en la Cámara de Comercio de Oviedo para estrechar lazos entre empresarios e investigadores. La vicepresidenta adjunta de Transferencia Tecnológica del buque insignia de la ciencia, Ángela Ribeiro, aseguró que España "tiene buen mimbre" -ocupa el puesto decimoprimero en publicaciones- pero "le falta hacer el cesto" -las investigaciones las acaban llevando a la práctica empresas extranjeras-. "A mí me pasó con un sistema para detectar defectos en huevos de gallina. Cuatro meses después de publicarlo en una revista, me llamaron de Japón y ahora lo comercializan allí", ejemplificó.

Ribeiro compartió protagonismo en la jornada, titulada "Transfer Innovación en Asturias", con la vicepresidenta de Relaciones Internacionales del CSIC, Elena Domínguez, quien hizo hincapié en dos mensajes. El primero: "Europa es una oportunidad". Y el segundo: el Consejo es "el mejor aliado para la cooperación entre investigadores y empresarios". En este sentido, Domínguez insistió en que, a través de la delegación física que la institución científica abrió recientemente en Oviedo, los empresarios podrán acceder "a cualquiera de nuestros 120 centros". "Por ejemplo, en Asturias no tenemos grupos TIC o de biomedicina, pero sí en otras regiones. Todos ellos están a su disposición", enfatizó.

La delegada del CSIC en Asturias, Ángeles Gómez Borrego, fue la encargada de inaugurar las llamadas "Transfer de la Cámara", que se celebrarán una vez al mes -excepto julio y agosto- con el objetivo de "aunar esfuerzos entre empresarios y científicos y compartir opiniones sobre innovación, transferencia tecnológica y proyección social". El próximo encuentro tendrá lugar el 9 de mayo sobre materiales biocompatibles. "El potencial de colaboración es enorme", subrayó Gómez, junto al presidente de la Cámara, Carlos Paniceres. Prueba de ello, es que el CSIC generó el año pasado 3.095 patentes y de sus laboratorios han salido en los últimos tiempos un total de 136 firmas con base tecnológica.