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Los niños ya se lesionan en la espalda con los juegos virales para no ser pillados en casa

Fomentar la comunicación con los hijos y regular el uso del móvil, que no prohibirlo, los consejos de expertos para combatir prácticas lesivas

Los niños ya se lesionan en la espalda con los juegos virales para no ser pillados en casa

Los cuarenta casos de alumnos detectados en el instituto Astures de Lugones por lesionarse en juegos virales ha desatado la alarma entre los padres. El teléfono de la Asociación Contra el Acoso Escolar en el Principado no ha parado de recibir llamadas desde que el pasado jueves el director del centro sierense advirtiese a las familias que expulsará los estudiantes que promuevan juegos como el "Abecedario del diablo", consistente en que un niño recite nombres que empiecen con cada letra del alfabeto mientras otro lo daña, normalmente con la uña, en el dorso de la mano. Encarna García, presidenta del colectivo antibullying, avisa que esta práctica está extendida por la región y que los menores ya se lesionan en zonas menos visibles del cuerpo, como la espalda. Ante esta amenaza, los psicólogos aconsejan a los padres fomentar la comunicación con sus hijos y, sobre todo, regular el uso del móvil, puesto que la mayoría de estos juegos emergen de las redes sociales.

Elena Cubero, psicóloga del Colegio Oficial del Principado, recuerda que el teléfono de los hijos es "propiedad privada de los padres" y, por tanto, a ellos corresponde "regular su uso". "Prohibir no sirve de mucho", matiza Cubero, que señala no obstante que los adolescentes "no necesitan dispositivos de alta gama". "Hay que estar pendientes del tiempo que pasan con él y detectar cualquier síntoma. Por ejemplo, si dejan de hacer cosas que les gusta, si se irritan cuando les quitamos el móvil...", describe. La experta en psicología infantil también recomienda a las familias estar formadas en nuevas tecnologías -y en este caso, de los juegos virales- para evitar que los niños vayan por delante. "Pueden preguntar en los centros y en la Consejería", aconseja.

David Álvarez, psicólogo experto en "bullying" y profesor en la Universidad de Oviedo, advierte que los juegos virales tienen "consecuencias tan graves como el suicidio". Así sucede con "La ballena azul". Álvarez cree que el instituto de Lugones hace bien en expulsar a los jóvenes instigadores de estas prácticas, en base al decreto de derechos y deberes del alumnado, que precisamente Educación actualizó en marzo para regular el uso de las nuevas tecnologías en el aula. El documento contempla como castigos, en casos extremos, la expulsión e incluso el cambio de centro. "Ahora bien, si una persona se autolesiona por participar en el juego no la podemos expulsar; sólo a quienes obligan", indica.

Álvarez considera fundamental sensibilizar a los padres en estos nuevos problemas y pide "hacer cierto seguimiento de las aplicaciones" que utilizan sus hijos. Reconoce que el móvil es siempre fuente de conflictos en las casas, pero recomienda, por ejemplo, "no dejar que se lo lleven a la habitación cuando supuestamente van a dormir". Porque, agrega, "lo que ocurre on-line no se ve".

Rebeca Cerezo, del área de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Oviedo, afirma que "ante estas y otras circunstancias, la medida más frecuente es la prohibición explícita, pero no siempre es la solución, ya que puede convertirlo en algo más atractivo o retador". "La prohibición es una medida parcial que podría funcionar a corto plazo, pero no es la mejor solución", insiste. Una buena práctica, apunta, "es dar ejemplo en el día a día, cuando vemos la tele con nuestros hijos, leemos la prensa, usamos las redes sociales...". "Podemos incluso crear conjuntamente situaciones semejantes a los llamados 'challenges', para practicar su capacidad de elección y de decir 'no'", apunta. Cerezo hace hincapié en que "hay que educar para que los beneficios de las nuevas tecnologías no nos vengan grandes y los podamos asimilar, y esa responsabilidad es conjunta, no solo de padres y profesionales de la educación, sino como sociedad". "El problema no son las redes sociales, sino el uso que se hace de ellas", remata, sin olvidarse de "la responsabilidad" que deberían tener las compañías, como Facebook e Instagram, a la hora de gestionar contenidos potencialmente "peligrosos": "Quizás estos gigantes deberían implicarse más en educar para un buen uso de las redes sociales".

"Es acoso escolar, lo diga la jueza o el conserje"

La presidenta de la Asociación Contra el Acoso Escolar, Encarna García, es más contundente y reclama a los centros educativos que prohiban el uso del móvil. "No aportan nada, solo problemas", opina. García hace a los padres la siguiente pregunta: "¿Por qué un crío de 12 años tiene móvil?". Y añade: "Estamos poniendo en manos de nuestros hijos un peligro". Con respecto a la sentencia que afecta al instituto de Llanes en la que una jueza no considera "bullying" llamar a una compañera "sidosa", "calva" o "asquerosa", la presidenta del colectivo es igual de tajante: "Eso es acoso. Dígalo la jueza o el conserje". A este respecto, el psicólogo David Álvarez dice que el "bullying" debe tener "un tratamiento educativo" y no judicial. En cualquier caso, agrega, se considera acoso, como "parece" que sucede en este caso, si se cumplen tres condiciones: agresiones variadas, continuadas en el tiempo y con frivolidad.

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