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La granizada echa a perder cientos de kilos de forraje para animales en Parres

El pedrisco, de grandes dimensiones, perfora los plásticos del silo de maíz que iba a servir como sustento para las vacas hasta noviembre

Francisco Cibrián y Gaspar Llerandi muestran los plásticos del silo agujereados a causa del granizo en Llames de Parres, ayer. CRISTINA CORTE

La granizada del lunes pasa factura en el oriente asturiano. Uno de los concejos más afectados por las inclemencias meteorológicas es Parres, donde el pedrisco de hielo perforó los plásticos empleados para la conservación del silo de maíz, que sirve como alimento para el ganado durante todo el año. Sólo en el núcleo de Llames de Parres son más de 250.000 los kilos de forraje afectados, según calculan los vecinos, cuyo valor superaría los 12.000 euros en el mercado. Los agujeros en los plásticos provocan que se filtre aire y que se pierda el hermetismo, pues con la presencia de oxígeno el forraje se echa a perder. "Nunca habíamos visto una pedriscada así. El plástico que empleamos es especial, está reforzado y no recuerdo que nunca se rompiera", apuntaron lugareños como Gaspar Llerandi. Este ganadero cifra en 150.000 los kilos de forraje afectados en su explotación, con los que tenía previsto alimentar a una treintena de vacas de leche y de carne hasta noviembre. "Es un palo. Aunque cambiemos rápido el plástico las primeras capas ya están perdidas. Al coste económico que supone renovar este material hay que sumar la labor de volver a colocarlo y reforzar con arena", lamenta. En la misma línea se expresó el ganadero parragués Francisco Cibrián, que planea dejar la producción láctea "porque las vacas dan mucho trabajo y poca rentabilidad". Son más de 100.000 kilos de forraje de su propiedad los afectados por el granizo, que superó el diámetro de monedas de un euro. "Parecía que se iba a acabar el mundo", relató. "Los dos últimos años también nos acabaron con los silos las cornejas, especie cinegética, y por más que denuncias todos se lavan las manos, es frustrante", dijo.

Los ganaderos de Parres apuntan a que los destrozos del forraje son sólo una de las múltiples trabas que tienen que afrontar en su día a día. "Esto sumado a los crecientes incendios forestales o los ataques del lobo hacen que cada día sea más difícil sobrevivir en el campo", se quejan los trabajadores del campo. El granizo también causó destrozos en infraestructuras como el techo del parking de un supermercado de Arriondas.

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