La magistrada Pilar de Lara, que instruye casos como "Pokémon", con un importante número de políticos asturianos implicados, ha hablado por primera vez desde que se conociese su suspensión de siete meses, adelantada por LA NUEVA ESPAÑA. Fue tras el juicio a uno de los implicados en "Pokémon", Miguel García Gesto, y a la madre de éste, acusados de insultar y amenazar a la jueza en un restaurante de Lugo, en 2013. Ambos aceptaron seis meses de prisión canjeables por una multa de 3.600 euros. De Lara, muy vinculada a Gijón, de donde es su marido, calificó la sanción de "desproporcionada", e indicó que "pocos compañeros jueces se han visto sometidos a las presiones que he tenido que soportar". "He sufrido presiones de todo tipo, como denuncias, quejas, insultos en foros de guardias civiles, ataques por parte de algún investigado...", manifestó. "Este tipo de situaciones, la presión, es normal, quieras o no, que en algo sí te afecte", aseguró. Y en el Tribunal Superior de Justicia lo conocían.

Pintadas contra el marido

"Yo he dado cuenta de todo lo que estaba sucediendo. A mi marido le han puesto pintadas. ¿Yo por qué tengo que sufrir pintadas como 'Roberto marido de la jueza paga las putas' o 'Roberto putero'?", se quejó. "¡Y lo he tenido que aguantar! Y como mujer, he tenido que soportar que vinculen mis decisiones con la ideología de mi marido. Es absurdo", protestó la jueza, que tuvo que llevar escolta, tanto ella como su hija.

La jueza confesó que se vio sorprendida tanto por la sanción como por su "rapidez". "El fiscal pide tres meses y la sanción es de siete meses y un día, que tampoco sé si es lo habitual", indicó. "Hacía muy poquito que habíamos presentado las alegaciones y creo que es un expediente bastante complejo, no es como si a un juez le quedan 300 o 400 sentencias pendientes", apuntó.

De Lara indicó que "en el Tribunal Superior tenían no uno, ni dos, ni tres, sino varios escritos dando cuenta de la situación de absoluta desesperación en que se encontraban todos: secretario, juez, personal del juzgado... Porque entendíamos que no se estaban poniendo los medios suficientes", desveló. "El escáner que veníamos reclamando con bastante intensidad nos lo pusieron en diciembre del año pasado; hasta ese momento contábamos con los mismos medios que los otros dos juzgados que no tienen tantas macrocausas", expuso. Además, solo le dieron uno de los cuatro funcionarios que solicitó. "Entonces, llegó un momento en el que eso sobrepasó, y en el Tribunal Superior tienen escritos y dando cuenta igualmente de la situación de desasosiego que vengo sufriendo a lo largo de bastantes años", confesó.

Manifestó que tenían un expediente abierto desde 2015, aunque "no se notificó hasta 2017", y pidió que se compruebe. No obstante, se mostró confiada. No quiere pensar que se la quiera echar de Lugo: "Estaríamos hablando de que podrían existir otro tipo de factores y en absoluto creo eso".

El presidente del TSJG, Miguel Ángel Cadenas, indicó recientemente que "nadie es imprescindible", a lo que la magistrada respondió ayer: "Si ahora viene un juez nuevo y se tiene que hacer cargo de todas las causas, le va llevar bastante tiempo. Si lo que se pretende es agilizarlas, sí que se puede conseguir el efecto contrario. Que eso sea lo buscado, no lo creo".