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Indignación empresarial con las ayudas

La convocatoria de subvenciones del Principado para páginas web ha sido publicada cuando las mejoras ya han sido realizadas y pagadas

Oviedo, Marián MARTÍNEZ

Los empresarios turísticos están de uñas con el Principado. El motivo es la convocatoria de la Consejería de Empleo, Industria y Turismo de ayudas destinadas a que las pequeñas y medianas empresas del sector adquieran y desarrollen sus páginas web de nueva creación, o de actualización y mejora de las que ya existen. El problema es que ya tienen que estar hechas y pagadas, sin que los empresarios conocieran los requisitos que se les iban a exigir, sin distinguir si se trata de un hotel, de un restaurante o de una casa rural. Por si fuera poco, el plazo que tienen para presentar la solicitud y la documentación es del 5 al 30 de abril, con la Semana Santa por el medio.

El malestar del sector ya se lo hizo saber Ana Soberón, vicepresidenta del clúster del turismo, al candidato socialista y secretario general de la FSA, Adrián Barbón, en un encuentro celebrado en Llanes sobre turismo.

La Consejería aprobó el pasado 20 de marzo una resolución aprobando la convocatoria pública de las ayudas, y el 4 de abril se publicó en el BOPA un extracto de dicha resolución, iniciándose así el proceso de presentación de solicitudes. En dicha resolución se establece que se subvencionarán aquellas páginas web que se hayan creado o actualizado entre el 14 de febrero de 2018 y el 15 de febrero de 2019, con las correspondientes facturas y justificantes de pago.

Pero resulta que en el BOPA no se publican las bases reguladoras, porque se mantienen las de abril de 2015. Pero, como no se sabía, los empresarios se ven abocados a correr el riesgo de invertir en unos desarrollos en sus páginas web que finalmente puedan no ser exigidos porque cambien las bases reguladoras, o porque ni tan siquiera se convoquen las ayudas.

Además, añaden desde el sector, los requisitos técnicos son demasiado genéricos, sin tener en cuenta las diferentes tipologías de los establecimientos turísticos. Por ejemplo, un hotel necesita un motor de reservas, mientras que un restaurante no. Y tampoco entiende el sector que la exigencia de dos idiomas sea la misma para todos.

Los empresarios turísticos reclaman al Principado una planificación clara, con un calendario público en el que figuren las convocatorias que se van a realizar.

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